Santiago de Compostela, en la región de Galicia (en el norte de España) es conocida por su ambiente animado en sus bonitas calles empedradas transitadas por peregrinos y estudiantes. Posee rincones, miradores y parques que inspiran tranquilidad. Y su visita, siempre deja un buen recuerdo. ¿Quieres comprobarlo? Aquí tienes 7 razones para hacerlo.
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Encontrar la foto perfecta
Calles medievales, antiguos conventos, bonitos jardines, casas nobles, fuentes… La ciudad está repleta de escenarios ideales para esa fotografía juntos que a veces cuesta tanto encontrar. Podéis inspiraros en estos ejemplos de Turismo de Santiago de Compostela.
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Pasear por jardines evocadores
La ciudad posee varios parques próximos al área más turística y son una fantástica opción para paseos relajados o un divertido picnic. Nos encantan las vistas de los parques de la Alameda y de Bonaval, el encanto del laberinto de camelias del parque de Belvís, el misticismo de la Carballeira de San Lourenzo o el ambiente joven del Campus Sur universitario.
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Compartir atardeceres para el recuerdo
¿Sabes que la plaza del Obradoiro, centro monumental de Santiago de Compostela y donde se encuentra la Catedral, hay quien dice que se llama así por ser una “obra de oro”? Y son los atardeceres que bañan en dorado la ciudad los principales responsables de esta creencia. Lo podéis comprobar desde el parque de la Alameda y desde el monte Pedroso cuando cae la tarde. También disfrutaréis de bonitas puestas del sol desde el monte de Almáciga, desde el mirador de Belvís y desde la propia plaza del Obradoiro o desde las cubiertas de la Catedral.
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Experimentar la felicidad a través del gusto
Sea saboreando las delicias del mar, sobre todo mariscos y pulpos, sea con una ruta de tapas por las rúas del centro histórico, catando los vinos gallegos, con bocados dulces como el de la tarta de Santiago o descubriendo la empanada más tradicional… En Galicia la felicidad se dispara a través de los sabores. Para disfrutarlo aún más en pareja, probad a visitar el Mercado de Abastos (donde podéis elegir el producto para que lo cocinen en el mismo mercado), aventuraos en talleres culinarios o participad en una cena degustación.
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Desvelar la magia de brujas
Os situamos: en Galicia, las meigas (magas o brujas) existen. Lo dice el dicho popular y el misticismo de antaño se recrea aún hoy con el rito mágico de la queimada. Es un aguardiente preparada con fuego al ritmo de un conjuro, que te libera de la presencia de brujas y malos espíritus al beberla. Podréis conocer esta pintoresca tradición al final de una cena en muchos restaurantes que incluyen el espectáculo o en la ruta Compostela Máxica que se organiza con frecuencia desde la oficina de turismo. Además, incluye un recorrido nocturno por el casco histórico, especialmente bonito y agradable para hacer a pie al caer la noche.
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Baños en la playa de los dioses
Hablamos de las Islas Cíes, conocidas desde tiempos del Imperio romano como “las islas de los dioses”. Su belleza es extraordinaria y se debe en gran parte a su estado prácticamente virgen que conserva gracias a su acceso limitado. Para visitarlas tendréis que llegar hasta Cangas o Vigo (a alrededor de una hora de Santiago de Compostela) e ir en barco hasta las islas (es necesario reservar con antelación). Tened en cuenta que se requiere solicitar permiso para visitarlas. Su playa más conocida es la de Rodas. En cualquier caso, el litoral gallego alberga numerosas bonitas y tranquilas playas.
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Completar una de las grandes experiencias de convivencia
Es el Camino de Santiago, quizá de las rutas de peregrinación más populares de Europa y para muchos una experiencia vital única. Su meta es la Catedral de Santiago de Compostela y cada día llegan decenas de peregrinos a la ciudad. Es uno de los motivos del ambiente agradable y abierto que inunda sus calles. Si os fijáis un poco, veréis conchas en calzadas, monumentos, colgadas del cuello de muchos turistas… Es el símbolo del Camino de Santiago y un recuerdo casi imprescindible de la ciudad.