Experiencias que te gustaría vivir en tu próximo viaje
San Sebastián tiene fama de ser una de las ciudades más bonitas y elegantes de España. Una fama más que merecida que se comprueba paseando tranquilamente por la ciudad. Caminar por la bahía de la Concha, contemplar el Peine del Viento, callejear por la Parte Vieja, descubrir los palacios y teatros de la Belle Époque. Te damos 10 ideas para una escapada donostiarra.
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Darse un baño reparador en la playa de la Concha
Pasear por esta playa, inmortalizar el momento junto a su icónica barandilla blanca… Y si, además, desde allí se puede ver el atardecer, mejor. Siempre conviene aprovechar la oportunidad de estar en la que se considera como una de las bahías más bonitas del mundo.
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Ver cómo el Peine del Viento doma el aire de la ciudad
Es quizá el mayor símbolo de San Sebastián. Encontrarás estas esculturas al aire libre, realizadas por Eduardo Chillida, al final de la playa de Ondarreta y a los pies del monte Igueldo. Ver cómo estas piezas de acero “dialogan” con el viento y las olas del mar es realmente mágico.
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Subir al monte Igueldo en un funicular de más de 100 años
Dicen que desde aquí se obtiene la mejor panorámica de la ciudad. La experiencia de subir en un funicular de vagones de madera, rememorando lo que hacían los que asistían al casino y al salón de baile hace décadas, tiene algo de romántico y encantador. Una vez arriba, las vistas son verdaderamente únicas. Además, encontrarás un parque con atracciones tradicionales de toda la vida.
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Callejear e ir de pintxos por el casco histórico
Uno de los mayores placeres gastronómicos que se pueden vivir en esta ciudad es probar un vino txakoli acompañando a sus famosos pintxos, pequeñas creaciones culinarias que encontrarás en las barras de los bares. Más que una tradición gastronómica, es toda una costumbre social de esas que gusta compartir con los demás. Al placer de comer, se une el de pasear por calles peatonales e ir encontrando rincones como la animada plaza de la Constitución o monumentos como la basílica de Santa María del Coro o la iglesia de San Vicente. Al que quiera aprender a hacer sus propios pintxos, le gustará saber que existen varios talleres que enseñan a los interesados a elaborarlos.
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Sentirse como un miembro de la familia real en el Palacio de Miramar
Se trata de la antigua residencia donde la familia real veraneaba. Aunque el palacio abre solo en ocasiones, sí se puede pasear por sus maravillosos jardines y contemplar la bahía y la isla de Santa Clara, justo enfrente.
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Contemplar el Kursaal desde el puente de la Zurriola
Los cubos que ideó Rafael Moneo para crear el Palacio de Congresos – Auditorio Kursaal se han convertido ya en todo un emblema de San Sebastián. Un sitio especial, además, por ser la sede del famoso Festival de Cine de la ciudad. Si por el día llaman la atención, por la noche, iluminados, son todavía más impresionantes. También cerca del puente, hay dos edificios míticos que consiguen que cualquiera se sienta como una estrella cinematográfica: el glamuroso y cargado de historia teatro Victoria Eugenia -merece la pena ir a uno de sus espectáculos- y el Hotel María Cristina, inspirado en la Belle Époque -donde tomar algo con vistas al teatro es una experiencia muy recomendable-.
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Descubrir el pasado de la ciudad subiendo al monte Urgull
Si subir al monte Igueldo merece la pena, hacer lo propio en el monte Urgull no se queda atrás. Desde lo alto se ven las tres playas de San Sebastián. Además, allí se encuentran restos de la muralla y los cañones y la Casa de la Historia, que te gustarán si quieres conocer más sobre la ciudad.
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Relajarse en La Perla
Este centro de talasoterapia con una historia de más de 100 años es uno de los mejores lugares de la ciudad para dejarse cuidar. El edificio se construyó para acoger a la nobleza europea y tiene vistas a la bahía de la Concha. Las propiedades beneficiosas del agua marina hacen el resto. Un apunte: también cuenta con dos terrazas y un restaurante con vistas.
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Surcar los mares
En una ciudad tan arraigada al mar, no podía faltar una excursión para navegar. Se pueden hacer travesías en catamarán, coger el barco que se acerca hasta la isla de Santa Clara o apuntarse a una excursión para avistar cetáceos… Ya en tierra, los colores del atardecer son increíbles desde el puerto. Además, en el muelle, se encuentra el famoso Aquarium de la ciudad.
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Ir a un restaurante con estrella
Los datos hablan por sí solos: San Sebastián es una de las ciudades del mundo con más estrellas Michelin por metro cuadrado. Además, tres restaurantes con tres Estrellas Michelin están en San Sebastián y su entorno: Arzak, Akelarre y Martín Berasategui. Es decir, en esta ciudad, más que bien, se come fenomenal, por lo que probar cualquiera de las creaciones de algunos de los mejores restaurantes del mundo puede ser una vivencia irrepetible. El que le coja el gusto a la gastronomía vasca, puede hacer una escapada a alguna de las tradicionales sidrerías de la zona o a alguna bodega de diseño como la de Marqués de Riscal (en Elciego) o Ysios (en Laguardia), ambas en Álava.