La Vuelta, el tour ciclista más importante de España
Entre finales de agosto y mediados de septiembre se celebra La Vuelta Ciclista a España, un acontecimiento que compensa con creces la amarga sensación de haber llegado al final del verano. Una carrera ciclista reconocida a nivel mundial, que el país entero recibe con expectación y muchas ganas. Durante tres intensas semanas, ciclistas profesionales de todo el mundo recorren una veintena de etapas alrededor del territorio español. Una oportunidad única para disfrutar de todos los paisajes que hay en España a través de las rutas que propone esta carrera de alto nivel, con la emoción que conlleva seguirla desde el otro lado de la pantalla. Aunque si lo prefieres, puedes vivir La Vuelta en primera persona, y sumarte a la afición que se reúne en puntos clave del recorrido para animar a los ciclistas durante las diferentes etapas. Por ejemplo, desde 1987, la plaza de Cibeles de Madrid se ha convertido en un lugar emblemático donde miles de aficionados acuden para ver en directo el emocionante final de carrera.
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Los turísticos puertos de montaña
Todos los años la carrera cuenta con puertos de montaña que llegan a superar los 2.000 metros de altura. Así, los ciclistas han hecho de lugares como Sierra Nevada o la estación de esquí Vallter 2000 (Pirineo catalán), una combinación perfecta de deporte y turismo. Más allá de las alturas de infarto, La Vuelta ha dado a conocer, a nivel global, muchos puertos de montaña donde dejarse la piel ascendiendo hasta lo más alto. Verdaderos colosos del ciclismo español que, a diario, reciben a valientes que intentan completarlos. Si estás buscando un auténtico reto personal, en España te esperan los puertos más míticos de La Vuelta. ¡Aquí va un adelanto!
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Alto del Angliru
El puerto del Angliru es todo un mito del ciclismo español. En él se han coronado otras dos grandes leyendas: el Chaba en 1999 y Alberto Contador en 2017. El ciclista madrileño eligió este puerto para su despedida profesional, convirtiendo el final del tramo en uno de los más épicos que este deporte ha vivido. Angliru era un antiguo sendero de 12 kilómetros muy frecuentado por ganaderos. A día de hoy, muchos ciclistas lo visitan para ponerse a prueba, y es que puedes acceder a él fácilmente, por ejemplo, empezando la etapa en el pueblo de La Vega (Oviedo), hacia Riosa, donde se encuentra el Angliru. Pero no te confíes, porque aunque los primeros kilómetros sean llevaderos, el auténtico desafío está en los seis últimos. Justo ahí, en el año 2000, una famosa marca escribía en el suelo: “Aquí empieza el infierno”.
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Lagos de Covadonga
La etapa de los Lagos de Covadonga supuso un antes y un después para La Vuelta ya que por fin se había encontrado un puerto transitable que reflejase el espíritu del evento. Desde la primera vez que se incluyó como final de etapa en 1983, este ascenso se ha ido repitiendo en las siguientes ediciones, haciendo de él un clásico de La Vuelta. Qué menos se puede esperar de un tramo en el corazón del Parque Nacional de los Picos de Europa, que brinda a la carrera un telón de fondo sin igual. Puedes iniciar el recorrido en Cangas de Onís, y seguir la ruta que lleva hacia el mítico Santuario de Covadonga. Allí, aún te puedes permitir distraerte con el paisaje, hasta alcanzar el tramo más complicado: la cuesta de La Huesera. Pero todo esfuerzo tiene su recompensa y, en este caso, el premio es llegar a la meta en un entorno tan impresionante como el de los lagos de Enol y de Ercina.