En el Pirineo aragonés encontrarás preciosos paisajes llenos de ibones, lagos de origen glaciar a gran altura, que combinan a la perfección con verdes prados y escarpadas montañas. Descúbrelos.
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Ibón de Acherito
El más occidental de los Pirineos, un precioso lago de aguas azules rodeado de agujas de piedra caliza en pleno Valle de Hecho. Esta es una de las lagunas más accesibles, perfecta para excursiones en familia o para iniciarse en el mundo de la montaña.
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Ibón de Estanés
Este ibón tiene una pequeña presa y es de los más conocidos por su gran belleza. Aquí, una inmensa pradera de color verde rodea el agua, creando un contraste que es un regalo para la vista, sobre todo cuando se junta con los altos picos del fondo.
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Ibones Azules
Una de las rutas más recorridas del Valle de Tena será la que te llevará hasta aquí. Un camino por el que pasarás por cuatro preciosos lagos en los que disfrutarás de unos paisajes de gran belleza, decorados por varias cascadas y saltos de agua.
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Ibones de Anayet
Entre Canfranc y Formigal, encontrarás un conjunto de preciosos lagos, que junto a las cimas que los rodean, forman un paisaje de lo más especial. Cimas que se reflejan en las tranquilas aguas de los estanques, creando paisajes inverosímiles y preciosos.
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Ibón de la Escarpinosa
Bajo la Aguja de Perramó, uno de los lugares más visitados del Valle de Benasque. Un imponente lago, con vistosas cascadas y rodeado de densos bosques de pino negro.
Estos son algunos de los más bellos ibones del Pirineo aragonés, aunque hay muchos más esperando a que los descubras. No te los pierdas.