La Palma es una isla donde la gastronomía se disfruta de muchas maneras. En la mesa, descubrirás que los productos locales no solo dan forma a recetas sencillas y tradicionales, sino también a una cocina más elaborada y vanguardista. Esto es solo el principio, porque los sabores de La Palma están presentes en toda la “Isla Bonita”.
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Una gastronomía de marca
Una señal inequívoca de la calidad de la cocina palmera es que la isla cuenta con la marca Saborea La Palma dentro de la marca global Saborea España. Y es que, dotada de un clima privilegiado y agradable todo el año, La Palma tiene en la agricultura no sólo una de sus principales fuentes de ingresos sino, además, todo un valor tradicional marcadamente palmero. La fruta, en esta isla, sabe a fruta y las verduras, de amplia variedad, saben a verdura. Los quesos son elaborados siguiendo técnicas ancestrales y con manos amorosas que le confieren ese gran sabor. El vino, además de ser una actividad, es todo un arte, y un motivo para incesantes reuniones familiares y entre amigos. No es de extrañar que todo esto haya hecho posible que cuente con esa marca, sinónimo de calidad y de buen sabor.
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¡Un menú palmero, por favor!
Ya sea en el desayuno, en el almuerzo o en la cena, el delicioso sabor de los productos típicos de La Palma te va a acompañar. Como entrante o si te apetece picotear, prueba unos chicharrones con su toque de gofio, o el queso palmero -que tantos premios ha cosechado por su calidad- al natural o asado con mojo picón. Si te gustan las recetas de cuchara, acertarás con la sopa de picadillo o las garbanzas. Como plato principal, tienes variedad de carnes o pescados para elegir, por ejemplo, cabra en salsa, cerdo a la brasa, vieja guisada, alfonsiño frito, patudo (atún rojo) a la plancha… Por supuesto, todo acompañado de papas arrugadas con mojo (rojo para la carne, verde para el pescado). De postre, un rico plátano y dulces como la rapadura, los almendrados, el bienmesabe, o el Príncipe Alberto.
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Los vinos que conquistaron a Shakespeare
Los vinos palmeros son, sin duda, el mejor acompañamiento para cualquier plato que elijas. Mención especial merecen los vinos de tea (denominados así porque se crían en barricas de madera de tea extraída del pino canario), y los vinos de malvasía, cuyo sabor dulce ya fue alabado por William Shakespeare en varias de sus obras. Su cultivo, además, está marcado por la particular orografía de la isla y sus volcanes, creando un paisaje sorprendente. Los viñedos en La Palma se sitúan principalmente en laderas con pendientes pronunciadas, donde se han construido bancales y paredes de piedra seca. Al oeste, por la zona de Fuencaliente, los encontrarás en terrenos cubiertos con ceniza volcánica (picón) de hasta dos metros de espesor; mientras que, al este, en el área de Hoyo de Mazo, descubrirás el asombroso sistema que utilizan para mantener la humedad empleando piedras volcánicas y picón más grueso. Ya en el noroeste, por los municipios de Tijarafe, Puntagorda y Garafía, podrás ver la mayor concentración de viñedos en medianías, definiendo fuertemente el paisaje y dotándole de un toque tradicional y gastronómico que le proporciona, aún más si cabe, un mayor atractivo.
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Artesanía y museos con sabor
Para conocer la importancia de los productos de La Palma más emblemáticos, puedes visitar alguno de sus museos gastronómicos como el Museo del Plátano, el Museo del Gofio o la Casa del Vino. También podrás descubrir que la artesanía palmera está muy vinculada a la gastronomía: desde los cestos utilizados en la recolección de las uvas, hasta las empleitas para hacer el queso, pasando por los manteles bordados a mano que visten la mesa en la que disfrutar de los manjares. ¿Quieres un buen recuerdo de tus vacaciones? Además de miel, dulces o queso, no dudes en llevarte a casa cualquiera de estos objetos artesanos, finos y delicados… y siempre tendrás contigo un poco del sabor de la “Isla Bonita”.