Ya sea en tu viaje por el Camino de Santiago, o durante tus rutas en la España Verde, Cantabria es una región que no podrás pasar por alto. Volver al pasado a lo largo de sus cuevas prehistóricas, o explorar parajes donde reina la naturaleza como el valle del Pas en los Valles Pasiegos, el bosque de secuoyas, la cueva El Soplao, y una larga lista de parques naturales que recorrer.
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Parque Nacional de los Picos de Europa
El Parque Nacional de los Picos de Europa se despliega a lo largo de las provincias de León, Asturias y Cantabria. En el sector cántabro, se halla el desfiladero más grande del país, La Hermida. En sus cercanías, se alza la Iglesia de Santa María de Lebeña. Y, si después de una larga ruta necesitas relajarte, qué mejor que visitar el balneario de La Hermida. En el valle de Camaleño, se encuentra el parador de Fuente Dé. Su teleférico asciende a más de 1.800 metros de altura en plenos Picos de Europa. También podrás disfrutar de las vistas al Naranjo de Bulnes, una de las cumbres más simbólicas de este parque nacional. Para acabar el día, puedes cenar en algunos de los restaurantes del pintoresco pueblo de Potes, en el que también encontrarás alojamientos donde pasar la noche.
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Parque de la Naturaleza de Cabárceno
En Obregón, se sitúa el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, donde se trata de minimizar la intervención humana en el ciclo vital de los animales, de forma que se puede contemplar un comportamiento muy similar al que tendrían en libertad. El parque cuenta con zona de aparcamiento, merenderos, miradores y otras zonas de recreo, además de su magnífico reptilario y un aula medioambiental. Puedes visitar sus áreas naturales en coche, a pie ¡o incluso en telecabina! Sea como sea, durante tu recorrido por su circuito de, aproximadamente, 20 kilómetros, podrás descubrir más de un centenar de especies de distintos continentes. Entre ellas, animales en peligro de extinción como la cebra Grevy, el elefante africano y el rinoceronte blanco. El parque ofrece la oportunidad de pasar un divertido día en familia, a la vez que aprendes del mundo animal.
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Nacimiento del río Ebro
El río más caudaloso del país nace en el pueblo de Fontibre, en el valle de Campoo. A solo seis kilómetros encontrarás un pueblo rodeado de montañas, Reinosa. Desde allí puedes iniciar la ruta hacia el nacimiento del río Ebro, además de deslizarte por la nieve en la estación de esquí de Alto Campoo. El camino hasta el Ebro no tiene pérdida, pues está muy bien señalizado. De todos modos, podrás consultar tus dudas en su caseta de información. También puedes llegar en coche, y dejarlo en el aparcamiento para empezar tu ruta por el parque. Los senderos de este paraje natural te guiarán hasta el nacimiento del río, custodiado por el monolito de la Virgen del Pilar.
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Cueva de Altamira
La villa medieval de Santillana del Mar es toda una reliquia la mires por donde la mires. En su interior, puedes pasear por calles empedradas donde se alzan torres defensivas y palacios renacentistas. Y, en las afueras, no sólo descubrirás encantadores paisajes, sino también las legendarias pinturas de la Cueva de Altamira, Patrimonio de la Humanidad. Esta cueva es un magnífico exponente del arte rupestre prehistórico, con pinturas que se remontan 14.000 años atrás. La cueva fue dividida en un vestíbulo, una galería y una sala lateral, aunque su acceso es restringido. Pero, si quieres conocer más sobre ella, puedes visitar el Museo de Altamira en Santillana del Mar.