Te vas a poner de buen humor: en España hay un lugar donde el sol y la temperatura agradable de los meses de primavera siempre están presentes. Prepara unas vacaciones en las islas Canarias. Aquí el otoño y el invierno se disfrazan de buen tiempo porque su temperatura media anual ronda los 22 grados centígrados. Te esperan entre nueve y diez horas de sol diarias, una naturaleza volcánica que anima a estar al aire libre y muchas de las mejores playas de Europa.
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Un paraíso primaveral de ocho islas
Te presentamos las ocho islas Canarias: Gran Canaria es conocida como el continente en miniatura. Tenerife presume de dos declaraciones Patrimonio Mundial de la UNESCO. Lanzarote es una isla diferente, de tierras volcánicas negras y rojizas que dan lugar a un paisaje de otro mundo. Fuerteventura es playa y mar, largos arenales y paraíso del windsurf. A La Palma, se la llama a menudo “la isla bonita” por ser la más verde de todas. En La Gomera vas a encontrar lugares que parecen envueltos en misticismo, de ahí que se la conozca como “la isla mágica”. El Hierro es la isla 100 % sostenible, autoabastecida con energías renovables. Mientras, La Graciosa es una pequeña isla que prácticamente se conserva virgen.
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Naturaleza para sentirte libre
Es una de las señas de identidad de las islas y razones no les faltan. Será por su origen volcánico, por su combinación de paisajes áridos con frondosos bosques y playas, por su rica biodiversidad o porque el buen tiempo contribuye a que lo veamos todo más bonito. La realidad es que la naturaleza de Canarias cautiva. Lo puedes comprobar en sus cuatro parques nacionales (Teide, en Tenerife; Caldera de Taburiente, en La Palma; Garajonay, en La Gomera; o Timanfaya, en Lanzarote) o en cualquier isla, porque todas tienen gran parte de su territorio reconocido como reserva de la biosfera por la UNESCO.
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Playas para relajarte y descansar
Tienes sol, acompaña la temperatura y estás en Canarias. Ahora solo debes elegir la playa y disfrutar sensaciones tan apetecibles como caminar descalzo por la arena, dejar pasar las horas tumbado al sol o refrescarte en las revitalizantes aguas del océano. Encontrarás playas extensas de arena clara que parecen desiertos junto al mar, como las del Parque Natural de las Dunas de Corralejo (Fuerteventura) o Maspalomas (Gran Canaria). Las verás de arena oscura que recuerdan su origen volcánico, como Charco Verde (La Palma) o Playa del Inglés (La Gomera). Las hay donde te bañarás sin corrientes porque son piscinas naturales protegidas por las rocas, como Charco Azul (El Hierro) o Charco de La Laja (Tenerife). Algunas son urbanas y son especialmente cómodas para familias, como Las Canteras (Gran Canaria) o Las Teresitas (Tenerife). Otras están más aisladas y se conservan casi vírgenes, como Cofete (Fuerteventura) o Famara (Lanzarote). En la web de turismo de Canarias puedes consultarlas.
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Visitas culturales que completan el día
Las islas están llenas de agradables sorpresas. Por ejemplo, ¿sabías que en Tenerife existe una Ciudad Patrimonio de la Humanidad? Es San Cristóbal de La Laguna. Pasear por sus calles contagia la paz del ritmo tranquilo que define a las Canarias. Su arquitectura es buena muestra del estilo colonial que abunda en las islas. En Gran Canaria, te proponemos su recorrido arqueológico del norte (entre Galdar, Guía y Agaete) para aprender sobre sus antepasados. La fusión entre arquitectura y naturaleza de la obra de César Manrique es la protagonista en Lanzarote con espacios como el Jardín del Cactus, el Mirador del Río o los Jameos del Agua. En El Hierro, la mano de Manrique se desvela en el Mirador de la Peña, con impresionantes vistas. Por su parte, en La Gomera oirás el único lenguaje silbado plenamente desarrollado y en uso. Es el silbo gomero y está declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
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Sabores que contagian felicidad
Sentarse a comer siempre es un placer y en Canarias se multiplica por varios motivos. Primero porque muchas veces lo harás al aire libre, bajo un sol suave y con temperatura agradable. Segundo porque su cocina es rica, ligera y exótica. Como muestra, su enorme variedad de frutas tropicales como el plátano de Canarias (si aún no lo has saboreado, puede que aún creas que no es una fruta sabrosa), la papaya, el mango, la manga y un largo etcétera que da lugar a jugos y zumos llenos de sabor. Después porque tiene platos tan sencillos como las papas arrugadas, que son manjares al bañarlas en su salsa más tradicional (el mojo). Prueba platos populares como la vieja al horno, las lapas con mojo o el cabrito asado. Acompaña cada comida con quesos y vinos locales y concluye con algún postre elaborado con gofio. Te aseguramos que, después, serás más feliz.