Xacobeo: cuando el Camino de Santiago se hace más especial
Hacer el Camino de Santiago es hacer un viaje muy especial por España. Para muchos es una aventura única que repetirían sin dudarlo. Realizar esta histórica ruta supone una experiencia que mezcla reto personal, encuentro con uno mismo, deporte, naturaleza e interés por la historia y el arte. Si además sucede en Año Santo o Xacobeo resulta aún más excepcional.
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Una aventura diferente cada día
Ya sea a pie, a caballo, en bicicleta o viajando de cualquier otra forma, cada día que se pasa en el Camino de Santiago es diferente al anterior. Paisajes, ciudades, pueblos, gente, encuentros, historias… Las situaciones y vivencias que surgen en cada jornada son una oportunidad para aprender sobre uno mismo y de los demás. Tras finalizar el viaje, y ya frente a la Catedral de Santiago, todos coinciden: el esfuerzo ha valido la pena.
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Conectar con la naturaleza
Al recorrer el Camino de Santiago también se descubre el maravilloso paisaje de contrastes que existe en España. Porque a lo largo de la ruta se van sucediendo espacios naturales y escenarios llenos de belleza. Desde cumbres de montaña y bosques, hasta grandes llanuras y campos de cultivo, pasando por zonas de costa, valles, verdes prados... El tiempo parece que se detiene y la sensación de integración con la naturaleza es total.
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Descubrir el arte y la cultura de España
Casi a cada paso de la ruta jacobea se puede encontrar una sorpresa en forma de monumento, obra de arte o manifestación cultural. Catedrales, puentes, monasterios, palacios, pequeñas iglesias, construcciones arquitectónicas populares... Algunos declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Además de esta riqueza patrimonial, el Camino de Santiago también ofrece la posibilidad de vivir la cultura local a través de las fiestas y tradiciones típicas de cada lugar.
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Un viaje de mil sabores
Cuando se hace el Camino de Santiago, sentarse a la mesa para reponer fuerzas suele ser uno de los mejores momentos del día. Entre otras razones, porque es la ocasión de probar los productos y platos típicos de la zona. La gastronomía de las distintas regiones por las que pasa el recorrido está repleta de recetas deliciosas y sabores tradicionales, elaborados con ingredientes de calidad, locales y de temporada.
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Conocer gente diferente
El Camino es una ruta en la que es difícil sentirse un extraño. A lo largo del viaje se conoce a gente hospitalaria y desconocida dispuesta a ayudar a los peregrinos. Se encuentran personas de todas las edades y condiciones, llegadas de diferentes partes del mundo, y se establecen nuevos lazos de amistad. Son días únicos, en los que se viven momentos enriquecedores a nivel humano y personal.
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Encuentro con uno mismo
Muchos dicen que la ruta jacobea tiene algo de espiritual, y no sólo por su origen y tradición religiosa. Son muchas las personas que se lanzan a realizar el Camino movidos por la necesidad o el deseo de conocerse mejor a sí mismos, dedicarse tiempo para pensar y buscar paz interior. Así, el recorrido hasta Santiago puede transformarse también en un viaje interior cuya experiencia perdurará en el recuerdo durante años.
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Año Santo: la fiesta del Xacobeo
El Xacobeo o Año Santo Compostelano tiene lugar cuando el 25 de julio coincide en domingo. La tradición del Jubileo no sólo supone el privilegio de hacer algunas cosas excepcionales como, por ejemplo, entrar a la Catedral de Santiago por la Puerta Santa, sino también la oportunidad de disfrutar durante su celebración de multitud de espectáculos y actividades culturales extraordinarias a lo largo de la ruta.
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