Bienvenido a la “Isla Bonita”
Decir que La Palma, conocida como la “Isla Bonita”, es un paraíso para los senderistas no es exagerar. Tiene zonas de mágicos bosques y en su centro la imponente Caldera de Taburiente de más de ocho kilómetros de diámetro. Aunque la caldera es el origen de cómo se formó esta isla volcánica, en este sendero la idea es ir viendo cómo La Palma ha ido cambiando con erupciones volcánicas de los últimos 500 años, la más reciente en 1971. El contraste de los negros y rojizos de los volcanes con el verde de los pinos te acompañará durante el camino.
Una primera parte exigente pero con vistas de ensueño
Lo ideal es comenzar en el refugio de El Pilar, visitando el centro de interpretación de la ruta. Después, el trayecto comienza con un paisaje de pino canario. Se hace una primera parada en el mirador Brigoyo para observar el valle de Los Llanos de Aridane y el volcán Bejenado. Aquí la panorámica te dejará boquiabierto: el Roque de los Muchachos presidiendo el inmenso cráter de la caldera, un mar de nubes y, con suerte, podrás divisar el pico del Teide de la isla de Tenerife, el más alto de España. Después llegarás al mirador de Hoyo Negro, que fue el principal centro emisor de una erupción en 1949. A continuación, le toca el turno a uno de los conos volcánicos más representativos del sendero: El Duraznero. ¿Sabías que todavía se aprecian los restos del lago de lava que produjo? Más adelante, aparece Las Deseadas, que con 1.945 metros de altitud es el volcán más alto de Cumbre Vieja. Aprovecha para disfrutar de las estupendas vistas que se obtienen desde aquí -las mejores de toda la ruta- y comprobar cómo la vida se ha abierto paso, ya que los pinos y los matorrales han surgido entre lavas y malpaíses.
Un descanso en el camino
Tras esta última parte del recorrido con un ascenso bastante duro, se llega al Llano Guanches, con un paisaje de arbustos y pinos que te resultará perfecto para parar y comer algo. Como curiosidad, te gustará saber que este tipo de llanos se formaron por la lluvia de cenizas volcánicas.
"¿Sabías que la Transvulcania -una de las carreras más duras del mundo con casi 80 kilómetros- transcurre por parte de este recorrido?"
El paisaje comienza a cambiar y cada vez predomina más el verde de los pinos y el azul del Atlántico de fondo. Llegarás al volcán Martín de Tigalate, que se creó por una erupción del siglo XVII que estuvo activa durante más de 80 días.
Un final con sabor a vino
La ruta finaliza en Los Canarios (el centro de la localidad de Fuencaliente). En este municipio también explotaron volcanes en el siglo XVII y el siglo XX. El primero, el de San Antonio y el segundo el de Teneguía, en 1971. De hecho, existe un centro de visitantes con distintas salas explicativas y que ofrece un paseo en torno al volcán de San Antonio. Dos consejos: no te vayas de Los Canarios sin hacerte una foto con la estatua “El Caminante” dedicada a los senderistas ni sin probar su famoso vino dulce Malvasía con almendras. ¡Una recompensa a todo el esfuerzo!
Recorrido extra
Hay senderistas que se animan con seis kilómetros más de trayecto para llegar hasta el faro de Fuencaliente, junto a las famosas salinas de La Palma. Si te ves con fuerzas, este último tramo también depara vistas espectaculares, cada vez más cerca del mar. Llegar al faro, darse un baño en una playa o en una piscina natural y vivir un atardecer desde allí es un recuerdo inolvidable.