DÍA 1
El primer día puedes dedicarlo al casco histórico de la ciudad. Es el momento de conocer los monumentos más famosos de Valencia en el que predominan los edificios de estilo gótico. Te proponemos hacerlo todo caminando tranquilamente.
Mañana en el casco histórico
A solo cinco minutos andando desde la plaza del Ayuntamiento, un buen día en Valencia puede empezar desayunando horchata con fartons en una de las horchaterías tradicionales de la plaza de la Reina. ¡Típico, pero sobre todo delicioso! Aprovecha que estás en una de las plazas más bonitas y animadas de la ciudad para empaparte del ambiente, comprar algún helado de sabor original y para contemplar parte de la silueta de la Catedral y la torre campanario conocida como el Miguelete, uno de los grandes símbolos de Valencia.
¿Has cogido fuerzas en el desayuno? En menos de 5 minutos puedes llegar hasta la plaza de la Virgen, con otra vista de la Catedral y de la Basílica de la Virgen los Desamparados. Llega el momento de conocer la Catedral por dentro (¿sabías que aquí se guarda el que algunos aseguran que es el Santo Cáliz o Santo Grial?) y animarse a subir los 207 escalones del Miguelete (51 metros de altura) para obtener unas vistas de esas que no se olvidan. Una vez abajo, muy cerquita está la curiosa plaza Redonda -rodeada de comercios tradicionales de artesanía y bares de tapas- y después otro de los puntos fuertes de la ciudad: la Lonja de la Seda, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Visita a la Lonja y al Mercado Central
Momento de tapear. Para muchos la Lonja de la Seda, del siglo XV, es el monumento más bonito de Valencia, así que te recomendamos visitar su interior para sorprenderte con sus columnas helicoidales y dejarte llevar por la tranquilidad de su patio de naranjos. Justo enfrente, seguro que también te llama la atención la arquitectura modernista del Mercado Central. Por muy bonito que sea este edificio por fuera, la verdadera experiencia está en el interior. Más de 1.200 puestos ofrecen sus productos y los colores y los olores de las hortalizas, las especias y las frutas lo invaden todo.
Como seguro que ya se te ha abierto el apetito, puedes aprovechar para comer en el Central Bar del propio mercado a base de productos de temporada. Más opciones: sentarte a la mesa de alguno de los bares y restaurantes de los escalones de la Lonja, la plaza del Collado, la plaza del Negrito o la calle Caballeros para probar clóchinas al vapor, tellinas, “esgarraet”, patatas bravas…
Tarde en los jardines del Turia y noche cool
Tras un buen almuerzo, apetece pasear y te proponemos hacerlo por los jardines del Turia. A unos cinco minutos de la plaza de la Virgen encontrarás las magníficas Torres de Serranos del siglo XIV. Desde aquí puedes acceder a los jardines del Turia, que no son ni más ni menos que el antiguo cauce del río Turia reconvertido en un paseo de nueve kilómetros. ¡Mucha gente los recorre en bicicleta! Si eres amante del arte, una de las paradas que puedes hacer en tu paseo es en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), con colecciones de artistas como Julio González y Pinazo.
Tras un día de lo más completo, si tienes tiempo, todavía podrías acercarte por ejemplo hasta el Museo Nacional de la Cerámica, ya que su fachada bien merece una fotografía. Si no, llega la hora de cenar y tomar una copa en alguna plaza del encantador barrio del Carmen o en los locales cada vez más de moda del barrio de Ruzafa.
Qué ver
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