MAÑANA
Dedicarás la primera parte del día a conocer el símbolo de la ciudad, su Catedral, y otros puntos de interés como la Iglesia y Monasterio de San Martín Pinario.
Catedral de Santiago Apóstol
Un día en Santiago sólo puede comenzar de una manera: en la Catedral. Entramos por la puerta de la plaza del Obradoiro, donde desde primeras horas del día, ya habrá peregrinos llegados de todas partes. Lo primero que encontramos es el Pórtico de la Gloria. Detrás del parteluz, hace años, la gente cumplía el curioso ritual de golpear tres veces con la cabeza (suavemente) sobre la estatua que representa al maestro Mateo. La costumbre viene de los estudiantes universitarios, que solían hacerlo para tener inteligencia y suerte en los exámenes.
Seguimos lo que manda la tradición durante el recorrido por la Catedral y pasamos por la cripta donde reposan los restos del apóstol. También subimos al Altar Mayor para dar un abrazo a la estatua de Santiago y, además, contemplar la Catedral desde una perspectiva distinta a la habitual. Al pasar por la girola vemos la Puerta Santa, que sólo se abre en Año Santo (cuando el 25 de julio coincide en domingo). Cruzar esta puerta produce una sensación especial, aunque en Año Santo, por la afluencia de personas, se hace obligatoria la espera. El acceso a la catedral es libre. Sin embargo, hay determinadas zonas para las que hay que reservar entrada. En concreto hay tres modalidades de reserva: visita al Pórtico de la Gloria (también hay invitaciones gratuitas que puedes recoger en los bajos de la Casa do Deán), visita a la Colección Permanente y visita al Museo de arte sacro de Santa María Real La de Sar.
Cubiertas de la Catedral y Misa del Peregrino
Decidimos hacer la visita guiada a las Cubiertas de la Catedral, que nos da la oportunidad de subir al tejado y, además, divisar el casco histórico desde las alturas. Para ello, dirigimos nuestros pasos hacia el Museo, situado al lado de la Catedral en la misma Plaza del Obradoiro. El itinerario nos lleva por el interior del Palacio de Gelmírez, pasa por la tribuna de la Catedral (encima del Pórtico de la Gloria) y sube a los tejados del templo. La sensación del viento en la cara, el punto en el que estamos, la perspectiva… No hay palabras. Para asegurarnos de que podemos hacer la visita a la cubiertas de la catedral, lo mejor es reservar con antelación en la web. Detrás de la Catedral, saliendo por la Puerta de la Azabachería, accedemos a la plaza de la Inmaculada donde está la Iglesia de San Martín Pinario. En su interior vamos a ver, entre otras cosas, el antiguo Coro de nogal de la Catedral restaurado.
Volvemos a la Catedral para asistir a la Misa del Peregrino. Se celebra diariamente a las 12.00 h y durante la ceremonia se da la bienvenida a todos los peregrinos que han finalizado el Camino de Santiago. Si quieres ver en acción el Botafumeiro -un gran incensario- dentro de la Catedral, ten en cuenta que sólo funciona en determinados días del año con celebraciones litúrgicas. Si se quiere solicitar su funcionamiento, hay que dirigirse a la Oficina de Acogida de Peregrinos. Debido a obras de restauración en el interior de la Catedral, actualmente no funciona el Botafumeiro. Después de la misa, un paseo tranquilo por las plazas que rodean a la Catedral (Quintana, Platerías, Obradoiro), para fijarnos en los detalles de cada fachada e inmortalizarlos con la cámara de fotos.
Compras y comida por el casco histórico
Caminamos hacia las calles rúa do Franco, Raíña y Rúa do Villar del casco antiguo. Aquí encontramos las oficinas de turismo y del peregrino, además de multitud de comercios y tiendas de artesanía, recuerdos, ropa, alimentación... incluso pequeños mercadillos de libros y objetos antiguos. Son muy típicos la plata y el azabache, al igual que todo lo relacionado con el Camino de Santiago y el Apóstol (botafumeiros, vieiras, bastones…). También la cerámica, el cuero, las clásicas gaitas gallegas o las muñecas de “meigas” (el nombre con que se conoce a las brujas en Galicia).Paralelas a estas calles, transcurren otras dos vías comerciales: la rúa Nova y la rúa Calderería, que son frecuentadas por los habitantes de Santiago para sus compras habituales.
En la rúa do Franco, hacemos una breve parada para entrar a ver el claustro renacentista del Colegio Fonseca, sede de la biblioteca de la Universidad de Santiago. Por esta zona también hay numerosos bares y restaurantes. En el momento que deseemos, paramos a comer. Probamos las raciones y platos típicos. Algunas buenas sugerencias son pulpo a feira, lacón con grelos o cachelos, empanada, zorza, calamares, pimientos de Padrón (sólo en temporada y ¡cuidado! que algunos pican), mejillones al vapor, caldeirada (caldereta), caldo gallego (pote), pescado o marisco. Todo acompañado de vino gallego (por ejemplo, ribeiro o albariño). De postre, pedimos dos clásicos: tarta de Santiago y licor de orujo (el tradicional es el blanco, pero también hay de otros sabores como hierbas, crema, café…). Otra buena opción a la hora de comer es ir al Mercado de Abastos, que abre de lunes a sábado de 8.00 a 14.00 horas. Además de ver su arquitectura y recorrer sus puestos de pescados, carnes y verduras, puedes disfrutar de sus puestos de comida take-away, degustar platos que te cocinen en el momento o probar su famosa “cocina en miniatura”.