Ruta en coche por el norte de España

Te sugerimos comenzar la ruta en el noroeste de España, concretamente en Ourense, una de las cuatro provincias de Galicia. Imprescindible visitar la capital antes de poner rumbo a Lugo. La ciudad de Ourense está fuertemente vinculada al río Miño, con hasta ocho puentes que atraviesan su cauce. El Puente Romano es su seña de identidad y las aguas termales uno de sus grandes tesoros. ¿Te apetece un baño para relajarte antes de conducir? Dirígete al Campo da Feira y recorre el paseo Termal. Son unos tres kilómetros de longitud por el margen derecho del río y a tu paso podrás probar, en cualquier época del año: las piscinas públicas de aguas mineromedicinales calientes de A Chavasqueira–Outariz (a unos 41º); la fuente de O Tinteiro (37º), con agua indicada para problemas dermatológicos; las piscinas termales públicas de la Burga do Muíño das Veigas (entre 65º y 72º) y, por último, las de Outariz (61º), con agua ideal para aliviar reuma y artrosis. Si tomas la carretera N-120, a menos de 50 kilómetros puedes hacer una parada en Monforte de Lemos, una de las villas más importantes de la Galicia interior. A continuación, a poco más de 70 kilómetros, en la zona de la cuenca alta del Miño, te recomendamos acercarte al espacio natural Parga-Ladra-Támoga, ya que forma parte de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño. Estarás a solo 10 minutos de descansar en tu siguiente destino: Lugo.

Puedes dedicar la mañana a explorar la ciudad de Lugo, también a orillas del río Miño y con una muralla, declarada Patrimonio Mundial, cuyo perímetro se ha conservado intacto en su totalidad. Dentro de la fortificación milenaria, por las calles del casco antiguo podrás disfrutar de múltiples opciones para degustar lo mejor de la cocina gallega. A solo 25 kilómetros de Lugo, en Castro de Rei, tienes uno de los castros (antiguos poblados iberorromanos) mejor conservados de Galicia, el de Viladonga. Continúa la ruta en dirección a Taramundi, una mágica localidad que forma parte de la Reserva de la Biosfera Río Eo, Osco y Terras de Burón, y en la que seguro vas a sentir la necesidad de parar el tiempo.

Taramundi es un auténtico símbolo del turismo rural español. Además de sus tejados de pizarra y el sonido del agua siempre de fondo, el pueblo destaca por su tradición artesanal, en concreto, por el arte de la cuchillería. Existen tiendas-taller en las que puedes incluso encargar piezas personalizadas. Si te gusta el senderismo, una de las opciones más atractivas es realizar la ruta del agua, un recorrido circular de unos 14 kilómetros en el que encontrarás museos, cascadas y frondosos bosques de castaños, robles y abedules. Para conducir hasta tu próximo destino, Oviedo, te recomendamos tomar la autovía A-8 que discurre por la costa. Es probable que tengas la tentación de hacer alguna parada en atractivas localidades marineras como Tapia de Casariego, Luarca y Cudillero. ¡Tú decides los tiempos!

Amanecer en la capital de Asturias te dará la oportunidad de disfrutar de una jornada más urbana y artística. Oviedo es considerada cuna del arte prerrománico asturiano por monumentos como Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo y San Julián de los Prados, por lo que no pierdas la oportunidad de visitar alguno de ellos o el Museo Arqueológico para entender la importancia de este patrimonio. Además, sus amplias zonas peatonales y numerosas plazas y soportales la convierten en una ciudad ideal para pasear y degustar sabores populares como las ‘fabes’ (judías blancas), los quesos de cabrales o su tradicional sidra. El próximo destino que te proponemos es Cangas de Onís, a poco más de una hora, y un lugar ideal para emplear la jornada siguiente en visitar maravillosos rincones de la zona. Existen alojamientos idílicos como el parador con vistas al Parque Nacional de los Picos de Europa, que se encuentra a orillas del popular río Sella.

Después de conocer Cangas de Onís y su emblemático puente romano, a solo 20 kilómetros se encuentra Covadonga, con un histórico santuario que es lugar de peregrinación y una maravilla natural en forma de lagos que no te puedes perder. Existen varias rutas para recorrer el conjunto de estos espectaculares acuíferos de origen glaciar, entre las más populares está un recorrido circular de unos cinco kilómetros y escasa dificultad que inicia en el parking de la Buferrera. A continuación, puedes acercarte hasta Arriondas. Cada año, en el mes de agosto, se celebra allí una multitudinaria prueba de piragüismo conocida como Descenso Internacional del Sella en la que el folclore y la fiesta complementan la competición deportiva. Si dispones de tiempo, sube hasta el mirador del Fitu para obtener una panorámica inolvidable del mar Cantábrico y la montaña. Dirígete de nuevo a la autovía A-8 en dirección Cantabria y conduce poco más de una hora hasta Cabezón de la Sal o bien Cabuérniga para pasar la noche allí.

El valle de Cabuérniga es un buen punto de partida para explorar pequeños y tranquilos pueblos de verde intenso y casas centenarias típicas de la zona. Se ubica en pleno Parque Natural de Saja-Besaya, en la zona central de Cantabria. Además de planificar alguna bonita ruta por esta reserva natural, otro lugar de interés cercano y pintoresco es Bárcena Mayor. Recuerda que también te encuentras en una zona idónea para probar platos contundentes de la región como el cocido montañés, las truchas del río Saja y sobre todo la carne de caza en lugares como Ruente o Ucieda. El próximo destino que te proponemos es Liérganes, un municipio muy representativo de los misteriosos Valles Pasiegos y en el que te invitamos a descubrir la leyenda del ‘hombre pez’ y su escultura al borde del río Miera. Para finalizar la jornada, vuelve a la carretera A-8 en dirección País Vasco, a unos 120 kilómetros llegarás a uno de tus últimos destinos, Gernika-Lumo.

Cercana a la Reserva de la Biosfera de Urdaibai se encuentra la localidad vasca de Gernika-Lumo. Tras inspirar la obra más universal del pintor Pablo Picasso, por el bombardeo sufrido en 1937 durante la Guerra Civil, la ciudad se ha convertido hoy en un símbolo de la paz de visita obligada por su carga histórica. Además del Museo de la Paz, con grandes esculturas de Eduardo Chillida y Henry Moore, puedes visitar el edificio neoclásico de la Casa de Juntas. Por último, la capital del País Vasco es el final de esta ruta, por lo que si tienes la posibilidad de alargar tu estancia ¡hazlo!, ya que no te van a faltar lugares de interés para descubrir. Uno de los mayores atributos de Vitoria-Gasteiz es su ejemplar urbanismo, con un trazado de amplias avenidas y jardines que invitan a recorrerla de principio a fin: desde la plaza de la Virgen Blanca y su casco histórico medieval hasta el monumental Ensanche con su plaza de los Fueros como punto de referencia. Vas a tener a tu alcance muchos locales para disfrutar de lo mejor de la cocina vasca, reforzada con las hortalizas y verduras de calidad propias de la provincia de Álava.