MAÑANA
Por la mañana toca descubrir algunos de los monumentos más famosos de la ciudad como su Catedral y comer en su famoso Mercado Central.
Tras un buen desayuno (por ejemplo, puedes alojarte la noche anterior en el moderno Parador de Cádiz, con vistas a la bahía, y disfrutar de su desayuno), lo ideal es acudir directamente al monumento más famoso de la ciudad: su Catedral. Combina los estilos barroco y neoclásico. Para conocerla bien, puedes apuntarte a algunos de sus tours con los que tendrás acceso a lugares poco conocidos como la cripta. También podrás acceder a la Casa de las Contadurías o a la Torre del Reloj, desde donde se obtiene una panorámica increíble de la ciudad con las típicas torres gaditanas blancas y el mar de fondo.
Toca después recorrer el barrio del Pópulo, el más antiguo de Cádiz. Se puede entrar a través de tres arcos del siglo XIII con los que se accedía a la antigua ciudad medieval: el del Pópulo, el de la Rosa y el de los Blancos. Puedes ir haciendo paradas en lugares como la plaza San Martín o el Teatro Romano del siglo I a.C. De este modo, llegarás a la amplia y bonita plaza de San Juan de Dios, con edificios emblemáticos como el propio Ayuntamiento. Caminando unos 10 minutos, puedes acercarte después a uno de los lugares más sorprendentes de la ciudad: la Torre Tavira. Esta torre fue construida por los antiguos comerciantes de la ciudad para observar cómo llegaban sus barcos y mercancías. Si subes sus 173 escalones, estarás en el que para muchos es el mejor mirador de Cádiz. Además, guarda un secreto: una cámara oscura que seguro te sorprenderá. Muy cerquita está también el Oratorio de San Felipe Neri, donde se redactó la primera Constitución española en 1812.
La última parada antes de comer es la coqueta y triangular plaza de las Flores, siempre animada y con un colorido que hará que te quieras quedar largo rato. Allí hay varias cafeterías con terraza para degustar los típicos churros gaditanos y alguna famosa freiduría. Aunque, si tienes hambre después de una intensa mañana, el lugar perfecto está al lado: en el famoso Mercado Central. Este mercado se construyó en 1838 sobre el huerto de un antiguo convento. Casi dos siglos después, aunque ha sido totalmente reformado, sigue impresionando su arquitectura y sobre todo su explosión de vida. Más de 100 puestos de los mejores pescados de la tierra como el atún y el bonito de Barbate, aceitunas de todo tipo, pasteles, etc. Pasarás un rato de lo más agradable comiendo algo en su Rincón Gastronómico con mesas al aire libre, donde además de productos locales hay todo tipo de comidas internacionales.