Teguise, antigua capital de la isla de Lanzarote, se enmarca dentro del increíble paisaje volcánico que forman antiguos cráteres y ríos de lava solidificada. Buena parte de la historia de la isla queda reflejada en su casco histórico, un caserío blanco en el que se dan cita bellas muestras de arquitectura popular y noble.
Profundamente marcada por la huella dejada por el arquitecto lanzaroteño César Manrique, Teguise conserva dos de sus principales creaciones: el Jardín de Cactus y la fundación que lleva su nombre, que fue también antigua residencia del artista. Todo ello se complementa con las hermosas playas de Famara y Costa Teguise, ésta última convertida en uno de los principales centros turísticos de la isla.
Teguise posee un pasado íntimamente ligado a la historia de Canarias, ya que fue uno de los primeros núcleos urbanos que se desarrollaron en el archipiélago.Su casco histórico, un cuidado caserío blanco de calles adoquinadas, emerge en medio de un insólito paisaje formado por cráteres ya extinguidos y vastas llanuras de oscura tierra volcánica.Su antigua condición de capital insular ha quedado reflejado en forma de un valioso legado de arquitectura noble y casas blancas en las que aparecen elementos de la tradición local, como son los típicos balcones de madera.En pleno centro de la localidad se pueden encontrar algunos de los edificios históricos más importantes de la isla, como el Palacio de Spínola o los conventos de Santo Domingo y San Francisco. Y muy cerca, junto al extinto volcán de Guanapay, se alza el Castillo de Santa Bárbara, restaurado y habilitado como Museo del Emigrante.Al igual que sucede en otros puntos de la isla, Teguise ha quedado profundamente marcada por la obra de César Manrique.El legado de César ManriqueEn la zona conocida como Taro de Tahíche queda emplazada la Fundación César Manrique, que en otro tiempo fue residencia del genial arquitecto lanzaroteño. Se trata de un original museo en el que, además de una interesante colección de arte contemporáneo, es posible admirar la insólita integración de la arquitectura del edificio en el paisaje volcánico que lo rodea.Dentro del término municipal se sitúa también el Jardín de Cactus que, abierto en 1991, fue la última obra arquitectónica del artista. Dominado por un antiguo molino de grano, este singular espacio conjuga originales formas pétreas con su condición de jardín botánico, ya que alberga cerca de mil cuatrocientas especies diferentes de cactus.En la zona litoral, Teguise cuenta con excelentes infraestructuras orientadas al turismo. Costa Teguise, uno de los principales núcleos de la isla, reúne una amplia variedad de establecimientos hoteleros, urbanizaciones, comercios y restaurantes. Algunas de sus playas, especialmente la de Las Cucharas, son conocidas por las óptimas condiciones que reúnen para la práctica del windsurf.Este panorama contrasta con la belleza salvaje que ofrece la playa de Famara, al oeste de Lanzarote, un auténtico paraíso para los surfistas.Alrededores y gastronomía Desde la antigua capital isleña pueden emprenderse interesantes recorridos por los alrededores. Al norte de la isla se sitúa Haría, pequeño núcleo enclavado en un fértil valle entre montañas. En su zona costera podemos encontrar los Jameos del Agua, original complejo que aprovecha un túnel volcánico, así como la Cueva de los Verdes y el Mirador del Río. Otros municipios cercanos son Tinajo, en cuyo santuario de Mancha Blanca se venera a la Virgen de los Dolores, patrona de la isla, y San Bartolomé, que cuenta con un patrimonio monumental en el que destacan la Casa del Mayor Guerra y la Casa Ajei. En el suroeste de la isla se encuentra el Parque Nacional de Timanfaya, auténtico escaparate del ecosistema volcánico de la isla. La visita incluye una excursión en autocar que recorre la Ruta de los Volcanes y que tiene su punto de partida en el centro de visitantes. El parque se encuentra rodeado, a su vez, por el Parque Natural de Los Volcanes, donde los campos de cenizas y lavas volcánicas se extienden hasta la costa. Por su parte, la gastronomía de Lanzarote permitirá saborear especialidades como los ranchos (guiso típico con carne de cerdo) y las conocidas papas arrugadas (patatas hervidas con sal), que se sirven acompañadas por los diversos tipos de mojos (salsas). El mar surte la mesa lanzaroteña de excelentes pescados, como la “vieja” guisada o a la espalda, el cherne o la corvina, y mariscos frescos. A la hora de los postres, gozan de especial consideración los quesos del país, tiernos y curados. En la isla sobresalen los magníficos cultivos de la variedad de uva Malvasía, que producen rotundos vinos blancos, exquisitos dulces y caldos de crianza, todos ellos etiquetados bajo la Denominación de Origen Lanzarote.