En plena Serranía de Cuenca aparece el pueblo serrano de Uña. Situado en una colina, queda a los pies de los escarpes verticales horadados por el río Júcar.
Los alrededores de Uña y su laguna pueden admirarse desde el llamado Balcón de Uña, situado a pocos kilómetros de esta localidad manchega. Desde aquí se puede ver el cantil rocoso, conocido como el Castillo de Uña, que protege a esta urbe de los vientos. Es el paisaje de la Hoz de Los Cortados. Las sierras de las Majadas y de Valdecabras, entre las cuales discurre el Júcar, componen las panorámicas más cercanas que parapetan la entrada a la localidad. En su casco urbano destaca la iglesia de San Miguel Arcángel, construida en el siglo XIII y remodelada en el XVI. Se trata de un edificio de mampostería, con espadaña y tejado a dos aguas de madera. Durante las fiestas de San Roque (el 16 de agosto) es una buena oportunidad para acercarnos al folclore de la Serranía de Cuenca. Los aficionados a la caza pueden dirigirse al Parque Cinegético Nacional del Hosquillo, que se encuentra a escasa distancia.