La ciudad, declarada conjunto histórico-artístico, ha visto enriquecido su patrimonio a lo largo de los siglos gracias a su localización estratégica.
Tui es, ante todo, una catedral amurallada que irradió vida cultural, económica y militar. Pendiente siempre de lo que pasaba en el vecino Portugal –ora amigo, ora enemigo-, está en un límite geográfico que ya no tiene utilidad: la moderna autovía sustituyó al puente de hierro –que aún se conserva y es una de sus estampas más típicas- y las aduanas carecen de sentido en la Europa comunitaria. Tui ha ganado tranquilidad, y el viajero puede entender, paseando por las calles de trazado medieval, por qué la ciudad ha sido declarada conjunto histórico-artístico. Tui cuenta entre su patrimonio arquitectónico con una Catedral románica y gótica, las iglesias de San Bartolomé –románica- y San Telmo –barroca- y diversos miradores El monte Aloia, cerca de Tui, fue el primer lugar de Galicia en ser declarado parque natural, y es un mirador desde donde se contempla la Ría de Vigo y el valle del río Louro. Éste desemboca en el Miño, verdadero protagonista de la vida de la ciudad, que hace frontera natural con Portugal. De hecho todos los caminos que partían del país vecino y que no se incorporaban a la Ruta de la Plata, terminaban recalando en Tui.
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