Es el lugar de nacimiento de Fernando II, rey de Aragón que más tarde sería conocido como Fernando el Católico. Su estratégica situación la convierte en una fortaleza natural y en uno de los recintos fortificados más importantes de la zona durante los siglos X y XI. Aún hoy se conservan puertas-torre como las de Jaca, Nador, Zaragoza o Uncastillo.
En la Plaza Mayor se sitúan el Ayuntamiento, renacentista del siglo XVI, y el Colegio Isidoro Gil de Jaz, barroco del siglo XVIII. Una calle entre ambos lleva hasta la Lonja medieval. Subiendo a uno de los altos de la villa, se llega a la iglesia románica de San Esteban, adosada al Castillo. La cripta de la iglesia posee unos bellos frescos protogóticos y capiteles esculpidos. En la otra cima se localiza el Palacio de Sada y su capilla privada, la Iglesia de San Martín de Tours. Este palacio renacentista acoge actualmente un centro de interpretación sobre la época de Fernando el Católico. Detrás del palacio, alrededor de la Plaza de la Sartén, se encuentra el barrio de la antigua judería. Otros palacios renacentistas completan el trazado intramuros. Llama la atención, asimismo, la colección de piezas de ultramar que custodia el monasterio de Valentuñana, procedente de las misiones de los Padres Agustinos.
En el área septentrional de Sos se alza el castillo construido por Ramiro II en el siglo XII. En su planta irregular sobresale la Torre del Homenaje, punto desde el que se divisan las cumbres pirenaicas, tanto oscenses como navarras.