Santa Cruz de Tenerife es una bella ciudad portuaria situada en Tenerife, la mayor de las islas occidentales del archipiélago canario. En torno a su importante puerto se extienden amplias avenidas, plazas y exóticos espacios ajardinados, sin olvidar bellos ejemplos de arquitectura modernista.
Cada año, la capital insular se viste con sus mejores galas para acoger el Carnaval, declarado de Interés Turístico Internacional y uno de los más espectaculares de España.
Su privilegiado enclave permite disfrutar de hermosas playas como la de Las Teresitas, conocer la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, declarada Patrimonio de la Humanidad, o visitar el Parque Nacional del Teide, símbolo de la isla.
Poco más de cuatro siglos contemplan la historia de Santa Cruz de Tenerife. Y es que, a pesar de que en 1494 Alonso Fernández de Lugo desembarcara en estas costas, la ciudad no comenzaría a desarrollarse hasta un siglo después, siendo el puerto el motor de crecimiento que ha convertido a esta urbe en la segunda urbe más poblada del archipiélago canario.En torno a la zona portuaria se distribuye un trazado urbano estructurado en ramblas y amplias avenidas jalonadas por un importante legado de arquitectura modernista. En el centro neurálgico de la ciudad, junto al mar, se localiza la plaza de España, construida a mediados del siglo XX sobre el antiguo emplazamiento del castillo de San Cristóbal (s. XVI).Frente a la plaza se alza el Cabildo Insular de Tenerife, sede de la primera corporación municipal tinerfeña. El edificio, de corte racionalista, comenzó a edificarse en estilo neoclásico a mediados de los años treinta bajo la dirección del arquitecto Marrero Regalado. En el interior, sus salones destacan por albergar una serie de murales realizados por el pintor canario José Aguiar.En este punto confluyen algunas de las calles y plazas más concurridas de la capital, como la plaza de la Candelaria. Emplazada sobre la antigua fortaleza de San Cristóbal, su centro está presidido por el monumento al Triunfo de la Candelaria, escultura de estilo neoclásico, realizada en mármol de Carrara, y atribuida al italiano Pasquale Bocciardo. A este enclave da la fachada dieciochesca del Palacio de la Carta, espléndido ejemplo del barroco con toques neoclásicos.No quedan lejos de este palacio otras importantes muestras de arquitectura civil. El Casino, construido en el primer tercio del siglo XX siguiendo las tendencias eclécticas de la época, alberga en su interior una destacada colección de obras de pintores canarios. El Teatro Guimerá cuenta con más de siglo y medio de existencia, tras haber sido erigido sobre el antiguo convento de Santo Domingo. El recinto teatral, proyectado en 1849 e inaugurado en 1851, combina en su estética exterior una mezcla de estilos clasicista y romántico, mientras que su interior aparece decorado con frescos y pan de oro.La parte más antigua de la ciudad conserva varios monumentos religiosos. La iglesia de San Francisco, uno de los más bellos ejemplos del barroco insular, consta de tres naves y comenzó a construirse en el siglo XVII. Por su parte, la iglesia del Pilar, del siglo XVIII, se alza sobre los restos de una antigua ermita.De gran interés histórico es la iglesia de la Concepción, cuya primitiva construcción data del año 1500. El templo, inicialmente denominado de la Santa Cruz, fue restaurado en 1653, mientras que la torre actual fue erigida en 1786. En el exterior, la construcción, de estilo colonial canario, destaca por su típico balcón isleño de madera. La iglesia posee planta de cruz latina y se encuentra estructurada en cinco naves. En su interior alberga una importante colección de arte sacro. Así, merece la pena resaltar la imagen gótica de la Virgen de la Consolación, y la Cruz de la Conquista, traída a tierras insulares por el conquistador Fernández de Lugo, así como varios tronos procesionales.La ciudad cuenta, asimismo, con algunos espacios verdes llenos de especies arbóreas exóticas. El parque García Sanabria alberga un importante Museo de Esculturas al Aire Libre. Se trata de un original enclave en el que obras de artistas contemporáneos conviven con palmeras y otras especies vegetales tropicales. En él es posible admirar creaciones de autores españoles y extranjeros como José Guinovart, Óscar Domínguez, Joan Miró o Henry Moore.Otro lugar de obligada visita es el Parque Marítimo, un área de esparcimiento diseñado por el arquitecto canario César Manrique y que está situado en la antigua dársena comercial. En la Caleta de Negros, muy cerca de este complejo, puede contemplarse el castillo de San Juan, uno de los mejor conservados de la isla. También conocido como el Castillo Negro, este baluarte defensivo de planta circular fue levantado en la primera mitad del siglo XVII, utilizando para su construcción sillares volcánicos.Para disfrutar del mar, merece la pena desplazarse a San Andrés, vecino barrio marinero situado junto a la playa de las Teresitas, de dorada y fina arena.Fiestas, gastronomía y alrededoresLa ciudad de Santa Cruz de Tenerife es famosa por su Carnaval, uno de los más vistosos de España. Esta fiesta, declarada de Interés Turístico Internacional, se caracteriza por la espectacularidad de los trajes y la animación de murgas, rondallas (agrupaciones musicales) y comparsas. Existe una amplia oferta hotelera en toda la isla, si bien conviene reservar alojamiento con suficiente antelación para poder disfrutar de los carnavales.La capital tinerfeña sirve como escaparate de la gastronomía típica de la isla. El cerdo es la base para la elaboración de ranchos (guiso típico). Además, comparte con el resto del archipiélago las conocidas papas arrugadas (patatas) y los mojos (salsas). El mar proporciona pescados como el chicharro, la vieja sancochada (pescado típico cocido), las sardinas, la caballa, el mero, así como diversos mariscos. La repostería cuenta con delicias como el pastel de cabello de ángel, el frangollo con miel (postre típico a base de maíz) o las truchas de batatas con almendras.Para acompañar la comida, se puede elegir entre alguna de las cinco Denominaciones de Origen de vino que se producen en Tenerife: Abona, Tacoronte-Acentejo, Valle de Güimar, Valle de la Orotava e Ycoden-Daute-Isora. Una vez terminado el recorrido por la ciudad, una buena opción es salir de excursión para descubrir los alrededores. A escasos kilómetros de la capital se encuentra San Cristóbal de La Laguna, cuyo casco histórico está declarado Patrimonio de la Humanidad. En él merece la pena acercarse hasta la Catedral, el modernista Teatro Leal y la iglesia de la Concepción (s. XVI). Una de sus joyas es el Palacio Episcopal (s. XVII), construido en estilo barroco y con un hermoso patio interior.Desde el punto de vista natural, Tenerife es una isla de contrastes paisajísticos. Las extensas playas del sur de la isla dan paso en el norte a una vegetación exuberante. Y en el centro geográfico insular se levanta el Teide que, con sus 3.718 metros, es la mayor altitud de España. Esta cima volcánica da nombre al Parque Nacional del Teide, espacio protegido que cuenta con abundantes especies endémicas de fauna y flora canaria. Dentro de los límites del Parque se encuentra el Parador de las Cañadas del Teide.