Situado a orillas del Guadiana, fronterizo con Portugal, Ayamonte ha sido siempre un tranquilo pueblo de pescadores que extiende sus blancas casas en pendiente hasta el puerto.
Los griegos la bautizaron con el nombre de Anapotaman (“sobre el río”), de donde deriva su actual nombre. En lo alto de la población, sobre las ruinas de un castillo romano, se alza el Parador de Turismo, desde donde se divisa una excelente panorámica del pueblo y la desembocadura del Guadiana. Entre los edificios de interés destacan las iglesias de Nuestra Señora de las Angustias y de San Francisco, ambas del siglo XVI; la iglesia parroquial del Salvador, del siglo XV; y las casas de indianos. A cinco kilómetros de la población se encuentran las playas Canela y Moral, muy frecuentadas sobre todo en la época estival.
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