Artà se encuentra enclavada en un bello entorno natural, con una rica diversidad paisajística.
Artà cuenta con un paisaje de costa con altos acantilados, con un fértil valle donde se cultivan almendros, higueras y algarrobos, y la montaña de Artà, con suaves elevaciones pobladas de olivos, carrizos y palmitos. La localidad está dominada por el recinto amurallado de Sant Salvador y por la iglesia, de estilo gótico. Desde este lugar se puede disfrutar de una bella panorámica de la ciudad. El casco antiguo de Artà está poblado de casas señoriales que bien merecen una visita, como Na Batlessa, cuyas dependencias albergan en la actualidad un centro de información juvenil y la biblioteca municipal. En los alrededores de Artà se encuentran interesantes construcciones y lugares de gran valor arqueológico: el poblado talayótico de Ses Paísses, a menos de un kilómetro del núcleo urbano; la iglesia parroquial de la Transfiguració; el Talayot de Sa Canova, en la possessió de Sa Canova; el priorato de Santa Maria de Bellpuig, en la possessió de Bellpuig; el convento franciscano de Sant Antoni de Pádua, que data del siglo XVII; y la Ermita de Betlem, en la antigua possessió de Ferrutx.