Arrecife, la capital de Lanzarote, es una bella y tranquila ciudad portuaria situada en la costa oriental de la isla.
En su trazado urbano comparten protagonismo las calles del centro histórico, repletas de comercios, con barrios de gran sabor popular, como el de San Ginés.Tampoco hay que olvidar los numerosos museos y edificios históricos existentes, que permiten a Arrecife gozar de una intensa vida cultural. Y, en su fachada marítima, ofrece atractivas playas y excelentes instalaciones náuticas, junto a la posibilidad de practicar el golf mientras se disfruta de impresionantes vistas sobre el Atlántico.
El desarrollo de Arrecife como ciudad se encuentra íntimamente ligado a su puerto y a su gran pujanza comercial, lo que le permitió atraer el poder político y económico hasta que, finalmente, en 1847, obtuvo la capitalidad insular en detrimento de Teguise.
La urbe creció en torno a San Ginés, histórico núcleo de pescadores surgido a orillas del océano. En medio de sus típicas calles de ambiente marinero se levanta la iglesia de San Ginés. Heredera de la primera ermita construida en la capital, fue reedificada en el siglo XVII, mientras que su esbelto campanario data del siglo XIX.
Arrecife cuenta con destacados ejemplos de arquitectura defensiva. En un islote situado frente al casco antiguo se alza el castillo de San Gabriel, que fue construido en el siglo XVI como defensa ante los continuos ataques piratas. Declarado Monumento Nacional junto con el puente de las Bolas, en la actualidad se encuentra habilitado como observatorio astronómico.
No dista mucho el castillo de San José, mandado construir en plena bahía de Naos por el rey Carlos III. Sus instalaciones acogen la sede del Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC), que alberga una valiosa colección de obras del siglo XX realizadas por artistas de la talla de Picasso, Miró, Chillida o Tàpies.
Merecerá la pena recorrer las calles de Arrecife para descubrir otros edificios notables, como la Casa de la Cultura “Agustín de la Hoz”, casona nobiliaria de mediados del siglo XIX, y la Casa de Los Arroyo, antigua vivienda convertida en Centro Científico Cultural.
El litoral
Un largo paseo marítimo recorre el litoral de Arrecife. Su origen volcánico depara una gran diversidad natural, especialmente en sus arrecifes marinos, así como en las numerosas colonias de aves acuáticas que anidan en la zona.
Una de las estampas más emblemáticas de la ciudad es la que ofrece la playa del Reducto, situada al abrigo de la Punta del Camello y el islote de Fermina.
El visitante que se decante por los deportes náuticos podrá acercarse a cualquiera de las excelentes instalaciones náuticas con que cuenta la ciudad, donde se pueden practicar modalidades como el windsurf o la vela.
Por su parte, los amantes del golf disponen de un campo de 18 hoyos inmerso en un exótico paraje volcánico situado en las afueras de la ciudad. En él, jugadores de todos los niveles podrán disfrutar de este deporte mientras contemplan privilegiadas panorámicas sobre el Atlántico.
Gastronomía y alrededores
Arrecife es un auténtico escaparate de la gastronomía lanzaroteña. Destacan las especialidades de pescado, especialmente la “vieja”, que se prepara guisada o a la espalda. Tampoco hay que olvidar el sancocho, los mariscos frescos y el plato más conocido de Canarias, las papas arrugadas (patatas cocidas), que se suelen servir junto con los mojos (salsas típicas). Los quesos, tiernos o curados, forman parte de la tradición autóctona. El mejor acompañamiento para estas delicias será siempre cualquiera de los vinos con Denominación de Origen Lanzarote, entre los que sobresalen los aromáticos malvasías.
La estratégica ubicación de la capital permitirá acceder de forma fácil y rápida a cualquier punto de Lanzarote. En el extremo norte de la isla se sitúa Haría, pequeño núcleo enclavado en un fértil valle entre montañas. En su zona costera podemos encontrar la Cueva de los Verdes, así como los Jameos del Agua y el Mirador del Río, obras éstas últimas del arquitecto lanzaroteño César Manrique.
Muy cerca se encuentra Teguise. La antigua capital de la isla de Lanzarote posee un importante patrimonio monumental dentro de su casco antiguo, que reúne bellas muestras de arquitectura popular y noble. La huella de Manrique está presente en Teguise a través del Jardín de Cactus y la fundación que lleva su nombre, que fue también antigua residencia del artista.
En dirección sur aparecen municipios como San Bartolomé, donde destacan la Casa del Mayor Guerra y la Casa Ajei; Tinajo, en cuyo santuario de Mancha Blanca se venera a la Virgen de los Dolores, patrona de la isla; o Yaiza, núcleo rodeado por un entorno volcánico que dibuja parajes de inigualable belleza, como El Golfo o Los Hervideros.
Todo ello se complementa con el litoral lanzaroteño, salpicado de hermosas playas e importantes centros turísticos, como Costa Teguise, Playa Blanca o Puerto del Carmen. Pero el mayor foco de atracción turística es, sin duda, el Parque Nacional de Timanfaya, auténtico escaparate del ecosistema volcánico de la isla. La visita incluye una excursión en autocar que recorre la Ruta de los Volcanes y que tiene su punto de partida en el centro de visitantes. El parque se encuentra rodeado, a su vez, por el Parque Natural de Los Volcanes, donde los campos de cenizas y lavas volcánicas se extienden hasta la costa.