Un casco antiguo Conjunto Histórico-Artístico, palacios reales y jardines a orillas del Tajo conforman el trazado de Aranjuez.
Los conceptos de la Ilustración, acomodados al desarrollo urbanístico de las ciudades, se plasman aquí en un equilibrio entre la naturaleza y el hombre, los cursos del agua y el diseño de los jardines, entre el bosque y la arquitectura palaciega. Por todo esto ha sido declarada por la UNESCO en 2001 Paisaje Cultural de la Humanidad. El Tren de la Fresa y las Fiestas del Motín de Aranjuez, de Interés Turístico Nacional, son algunas de las citas culturales que esperan al visitante en esta localidad madrileña.
La vega de Aranjuez, entre los ríos Tajo y Jarama, ha estado poblada desde tiempos remotos. El trazado actual se remonta al reinado de Felipe II (s. XVI), que concedió a esta población el título de Sitio Real. Felipe V (s. XVII-XVIII) y Carlos III (s. XVIII) convirtieron a Aranjuez en un núcleo cortesano donde la arquitectura palaciega se da la mano con bosques y jardines, todo acorde con el gusto estético de la Ilustración. Al pensamiento racionalista de aquel entonces se debe el trazado reticular de las calles de su casco antiguo.
Una de las joyas de esta ciudad madrileña, y origen de su esplendor, es su Palacio Real. La realización actual es la suma de reconstrucciones y añadidos que comienzan con la obra de Juan Bautista de Toledo, arquitecto de Felipe II. Con el paso de los años también intervinieron otros maestros al servicio de los reyes españoles como Juan de Herrera (artífice del monasterio de El Escorial) y Francisco Sabatini (arquitecto de Carlos III que realizó abundantes construcciones en Madrid). En sus dependencias interiores abundan piezas barrocas como las que podemos ver en las salas de relojes, porcelanas o pinturas (Lucas Jordán, Vicente López o Esquivel...).
Jardines de Aranjuez
Otro de los elementos representativos de Aranjuez son sus jardines. Ante la fachada este del palacio se encuentra el Jardín del Parterre, de corte inglés, donde destacan las esculturas de sus fuentes. Otros dos jardines parten de este conjunto. El de la Isla, llamado así por extenderse entre el curso del Tajo y la Ría, es otro de los lugares por los que conviene pasear. Más boscoso es el Jardín del Príncipe, de estilo afrancesado y gótico. El cauce del río, fuentes y plazas acompañan aquí a la Casa del Labrador. Se trata de otro palacete al estilo de los pabellones de Versalles (París), que acoge interesantes muestras pictóricas.
El resto de la villa también ostenta estos mismos valores, como demuestra la disposición de sus calles, al más puro estilo barroco. Viviendas uniformes, calles arboladas y avenidas espaciosas son algunas de sus características. Un trazado que facilita la visita de otros importantes monumentos, como la Fuente de la Mariblanca, el Teatro Real, la Casa de Oficios y Caballeros o el Mercado de Abastos. También otros palacios, como los de Osuna, Medinaceli o Godoy. Dentro de la arquitectura religiosa, son bellos ejemplos el Convento de San Pascual (obra de Sabatini con pinturas de Megs y Tiépolo), y las iglesias de Alpajés (construcción de ladrillo y pórtico barroco) y San Antonio (de gran cúpula y columnas jónicas).
La estación de ferrocarril de Aranjuez, de peculiar estilo neomudéjar, es otro de los monumentos de la ciudad. Sus vías vuelven al pasado cuando, entre mayo y septiembre, entra en funcionamiento el Tren de la Fresa. Una antigua máquina de vapor tira de los vagones durante su recorrido. Además, también podemos visitar el Real Cortijo de San Isidro, un conjunto formado por palacetes y jardines.
Aranjuez, ciudad cortesana durante siglos, conserva numerosas construcciones relacionadas con el ocio. Su plaza de toros alberga el Museo “Aranjuez: una fiesta”, donde el visitante puede acercarse al mundo taurino y a la historia del ocio de la ciudad. Por su parte, las antiguas Cocheras de la Reina Madre, son hoy el Centro Cultural Isabel de Farnesio, lugar de exposiciones, conferencias y conciertos.
Un buen momento para acercarnos a la ciudad es durante la celebración de las Fiestas del Motín, declarada de Interés Turístico Nacional. Se puede asistir a representaciones del asalto al Palacio de Godoy y del Motín, encierros, corridas de toros, descenso del Tajo y actuaciones musicales. Tanto el Tajo y su Club Escuela de Piragüismo, y el hipódromo de Legamarejo y demás escuelas de equitación son otras de las posibilidades de ocio que ofrece este enclave.
Gastronomía
Las huertas que rodean Aranjuez aportan a la gastronomía alcachofas, coles de Bruselas, habas, espárragos... preparadas según múltiples recetas. La caza, tan tradicional en estos bosques, nos ofrece excelentes piezas de faisanes, perdices y codornices. La fresa, es otra de sus especialidades.
La provincia de Madrid nos ofrece diferentes rutas para conocer todos sus rincones. En la capital, el Madrid de los Austrias y de los Borbones, los museos del Prado, Thyssen y Reina Sofía, los barrios castizos de Lavapies o Chamberí y las firmas de moda del barrio de Salamanca son algunos de sus atractivos. Otras dos joyas madrileñas, Patrimonio de la Humanidad, son la ciudad de Alcalá de Henares y el Monasterio de El Escorial. En Alcalá podemos visitar la famosa Universidad Complutense, la Casa Natal de Miguel de Cervantes (autor de “El Quijote”) y numerosos palacios y conventos religiosos. El Escorial, mandado construir por Felipe II en la sierra de Guadarrama, es uno de los mayores monumentos de la Comunidad de Madrid, obra de Juan de Herrera. El Castillo de Manzanares el Real y la Plaza Mayor de Chinchón son otros de los atractivos de las localidades de esta zona.