El clima típicamente mediterráneo, suave y templado, permite a los habitantes de Alzira disfrutar de la celebración de numerosas fiestas.
Diversos yacimientos paleolíticos, neolíticos, de la edad de bronce y de la época romana atestiguan la antigüedad de Alzira. En la actualidad podemos contemplar junto al Júcar unos 255 metros de lienzos murados y grandes torres del que fuera recinto islámico, restaurados en 1973.
A pesar de las riadas, en la villa aún pueden verse fachadas rurales típicas, y muestras de un historicismo modernista ligado a la burguesía terrateniente, tal como ocurre en el edificio del Círculo Alzireño. Frente a él, las Escuelas Pías, que acogen hoy la Casa de la Cultura, de bella fachada, patio porticado y escalinata. En el Ayuntamiento, que muestra elementos góticos, renacentistas y barrocos, se custodia el "Aureum Opus", códice miniado del s. XV.
Y en cuanto al patrimonio eclesiástico, mencionar la iglesia de Santa Catalina, que reúne elementos góticos, renacentistas y barrocos. Y los templos de la Encarnación y de San Juan o Santos Patronos, en las afueras de la localidad.
Las gentes de Alzira son eminentemente festivas. Al comenzar el año celebran Sant Antoni del "Porquet". En marzo, las fallas que más monumentos planta en las calles después de la capital de provincia. La Semana Santa está declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Con jornadas campestres en las que se come la típica “mona” se conmemora La Pascua. El tercer domingo de mayo tiene lugar la ofrenda de flores y frutos a la patrona de la ciudad, la Virgen del Lluch. Y en junio se celebra una popular romería en las ruinas del monasterio de la Murta.
El Museo Municipal expone un variado y valioso patrimonio cultural de la ciudad y la comarca.