El origen de su nombre se encuentra en sus célebres baños y aguas termales, que ya eran conocidos por los romanos. Situada en un bello entorno montañoso, a sólo 58 kilómetros de la ciudad de Granada, esta localidad de encantadoras casitas blancas impresiona por su escarpada ubicación al borde de un desfiladero.
El interesante patrimonio monumental que posee es herencia de las diferentes culturas que han pasado por Andalucía que, atraídas por la fama de sus manantiales, se establecieron en la población. Las huellas dejadas en Alhama de Granada son numerosas: desde el puente romano del siglo I a. C que conduce a las termas, hasta el intrincado trazado del barrio árabe, donde se conserva de aquella época la torre vigía de Torresolana y el Pósito, la antigua sinagoga del siglo XIII.