En las últimas estribaciones de la sierra de San Pedro y a orillas del río Tajo se despliega el casco histórico de Alcántara.
Situado en la llamada Raya, en la frontera que separa España de Portugal, cuenta con un rico patrimonio monumental. Su puente romano y las construcciones levantadas por la Orden de Alcántara son algunas de las más importantes. Bosques de encinas y alcornoques componen el paisaje que rodea al embalse de Alcántara, un excelente lugar para practicar deportes náuticos, y realizar senderismo o rutas caballo. La ribera del Tajo proporciona, además, numerosos puntos en los que el viajero podrá practicar la pesca deportiva.
Una de las construcciones más emblemáticas de la localidad cacereña de Alcántara nos remite a tiempos de la Hispania romana. El Puente Romano, una joya de ingeniería, fue levantado el siglo II d.C sobre las aguas del río Tajo, el Tagus Aurifer. Con más de 200 metros de longitud, 60 de altura y 6 arcos, conserva un arco honorífico dedicado al Emperador Trajano.
Otros importantes monumentos del trazado urbano de esta localidad se deben a la iniciativa de la Orden de Alcántara. Durante la Edad Media, y hasta el siglo XIII, Extremadura fue frontera entre los reinos de León y los musulmanes, por lo que tras su reconquista las Órdenes Militares ejercieron un fuerte control sobre estas tierras. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de Almocóvar es un buen ejemplo de este periodo, en el que se sigue construyendo en estilo románico (estilo ya asentado en el norte de la Península). Levantada sobre una antigua mezquita, cuenta con hermosas portadas que anuncian lo que será el gótico.
Pinturas de Luis Morales
Alcántara conserva otros muchos edificios, entre los que destacan las iglesias de San Benito, San Pedro y Rocamador. El descubrimiento y colonización de América trae riquezas a España, hecho que influye en la rica ornamentación de estos templos religiosos. El poder político de los Austrias españoles también deja huella en estas nuevas edificaciones y en las mejoras de las medievales, como la que enriquece Almocóvar con tablas del gran pintor del momento Luis Morales.
Así, a partir del siglo XVI comienzan los trabajos en San Benito de Alcántara, centro administrativo y religioso de la Orden de Alcántara. El conjunto cuenta con convento, iglesia y hospedería, y en él trabajan artistas del momento como Pedro Larrea o Pedro de Ybarra. Su claustro gótico se erige sobre una fortaleza árabe. Una logia exterior de tres niveles es uno de sus signos distintivos.
Y por último, la iglesia de San Pedro de Alcántara, edificada en el siglo XVII y que comparte los mismos elementos platerescos y protobarrocos que las anteriores.
La comarca de Alcántara es un lugar ideal para los que quieran disfrutar de su tiempo de ocio en contacto con la naturaleza. El cauce del río Tajo, el cercano embalse de Alcántara y extensos bosques de alcornoques y encinas a los pies de las sierras de San Pedro y de Gata ofrecen al visitante multitud de posibilidades. Rutas a pie, en bicicleta, quad o a caballo facilitan el conocimiento del entorno natural. La pesca, en charcas, ríos y pantanos, es otra de las posibilidades de esta comarca extremeña.
Denominación de Origen Ribera del Guadiana
Otra envidiable manera de acercarse a las tradiciones de Alcántara es degustar sus suculentas recetas. Las legumbres (garbanzos con bacalao) y la caza menor (faisanes y perdices) son algunos de los productos más apreciados en la mesa cacereña. La tenca de río también se prepara de diferentes manera en esta zona. Y para terminar, alguno de los dulces caseros y conventuales tan típicos de estas tierras. Respecto a los vinos, la Denominación de Origen Ribera del Guadiana de estas tierras será un buen acompañante.
Coria, Plasencia, Cáceres, San Vicente, Santiago y Valencia (estas tres últimas de Alcántara) son algunos de los destinos que podemos visitar desde la ciudad que visitamos. En el valle del río Alagón se emplaza Coria, Conjunto Histórico de Interés Cultural. El Castillo, el Palacio Episcopal y la Catedral, en la que destaca la portada renacentista de “El Perdón”, son sus monumentos principales. Merece la pena visitarla durante la celebración de la Fiesta del Toro de San Juan, declarada de Interés Turístico Regional.
A orillas del río Jerte surge Plasencia, enclavada en la Ruta Vía de la Plata. Dos catedrales, de los siglos XIII y XVI, la plaza Mayor y un trazado medieval en el que se dan cita palacios, casas señoriales e iglesias forman parte de los principales puntos de interés. Un antiguo convento de Santo Domingo acoge al Parador de Turismo de esta localidad declarada Conjunto de Interés Histórico y Cultural.
Más al sur espera la capital de la provincia, Cáceres, cuyo casco antiguo es Patrimonio de la Humanidad. Entre palacios, casas señoriales y más de una decena de torres se encuentra el Palacio de Torreorgaz, el Parador de Turismo de la ciudad extremeña. Se trata de una de las mejores muestras de arquitectura nobiliaria que existen dentro del recinto amurallado.
Por su parte, San Vicente, Santiago y Valencia de Alcántara se extienden entre bosques de alcornoques y encinas. En San Vicente de Alcántara habrá que detenerse en la iglesia parroquial de San Vicente Mártir y en el Castillo de Piedrabuena. Por su parte, Valencia de Alcántara posee un importante patrimonio megalítico en el que destacan dólmenes en excelente estado de conservación. Su barrio gótico conserva importantes edificios medievales como la iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, Monumento de Interés Histórico-Artístico. Santiago de Alcántara posee interesantes pinturas rupestres en “La Cueva del Borrico” y bellos trabajos artísticos en la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación.