Alcalá del Júcar está enclavada en un entorno excepcional, en un cerro a cuyos pies se encuentra la hoz formada por el río Júcar.
Sus calles angostas y escarpadas y sus casas, bien conservadas, ascienden hacia el castillo, desde el que se pueden contemplar magníficas panorámicas de la hoz. La fortaleza es de origen árabe, reconstruida en época cristiana. El puente sobre el río, de origen romano y reconstruido en el siglo XVIII, ofrece una bella vista y da acceso a la iglesia parroquial de San Andrés, de los siglos XVI y XVIII, con pórtico de entrada neoclásico. Al otro lado del río, en el cerro, se alza una curiosísima plaza de toros, única por su situación, construcción y forma irregular. Las cuevas naturales, algunas de ellas transformadas en mesones, abundan en estos parajes. Tienen la peculiaridad de mantener la misma temperatura de forma natural durante todo el año. .
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