Alcalá de Henares

Universidad y barrio histórico: un paseo por el Patrimonio Mundial

Uno de los centros de las miradas en esta ciudad está en su Universidad, que convirtió a Alcalá en la primera ciudad universitaria planificada en la Edad Moderna y le hizo ganarse el sobrenombre de “Ciudad del Saber”. La suerte es que actualmente el viajero, además de contemplar la fachada del Colegio Mayor de San Ildefonso, puede visitar espacios como varios de sus patios o su sala más emblemática, el Paraninfo, bajo cuyo artesonado mudéjar del siglo XVI entregan los Reyes de España, cada 23 de abril, el Premio Cervantes de Literatura.

En un recorrido por Alcalá de Henares no puede faltar una parada en su hermosa plaza de Cervantes (la estatua que verás es un homenaje al escritor) ni un tranquilo paseo por su animada calle Mayor, de la que se dice que es la calle con soportales más larga de España. Verás que a la altura del número 48 hay dos esculturas a tamaño natural sentadas en un banco: son ni más ni menos que Don Quijote y Sancho Panza, los dos personajes protagonistas de la obra universal de Cervantes. Ambos dan la bienvenida al Museo Casa Natal del escritor, donde se recrean costumbres de los siglos XVI y XVII. Han pasado más de 400 años desde que se escribió El Quijote, pero enseguida se percibe cómo su vigencia sigue más viva que nunca. En la Capilla del Oidor se conserva incluso la pila bautismal de Cervantes y junto a ella está además la Torre de Santa María, que gracias a sus 34 metros es uno de los mejores lugares para ver Alcalá desde lo alto. El otro “mirador” imprescindible es el de la torre de la Catedral Magistral.

Día de teatro y tapas

Asistir a una obra de teatro en uno de los Corrales de Comedias más antiguos de España es algo que no se vive todos los días. Por eso hay que aprovechar la visita a Alcalá para conocer este espacio, que se abrió en 1602, yendo a una representación o apuntándose a una visita guiada. A la hora de comer, estar en Alcalá también es una ventaja, ya que tiene una fama más que merecida por las abundantes y ricas tapas que sirven sus diferentes bares al pedir una bebida. Los más golosos pueden además probar los dulces artesanales que preparan en algún convento de la ciudad. ¿Qué tal las famosas almendras garrapiñadas del Convento de San Diego? Con un poco más de tiempo, queda también por recorrer el Palacio Laredo o la Alcalá del antiguo Imperio Romano, visitando las ruinas de Complutum y la Casa Hippolytus. Llegada la noche, en Alcalá se puede cenar bajo las bóvedas de la iglesia de un convento del siglo XVII o dormir en su Parador, un precioso convento también de esta época. Todo un viaje en el tiempo. Además, según la época del año, nos encontraremos en Alcalá su festival de teatro Clásicos en Alcalá (en verano), su Mercado Cervantino (a principios de otoño todas las calles se visten de época y se llenan de cientos de puestos y actividades) o su famosa iluminación navideña.