¿Y cómo empezó la idea?
En los años 60, el alcalde de Figueres, ciudad natal de Dalí, le preguntó al artista si podía donar una de sus obras al museo de Figueres: el Museo del Ampurdán. Dalí decidió que su ciudad merecía mucho más que una de sus obras, y que sería el lugar donde perviviría su arte. Así inició el proyecto de construir su propio museo. El siguiente paso fue decidir el terreno sobre el que se edificaría. El artista tenía afecto al Teatro Municipal de Figueres, no solo por su predilección hacia el género teatral, sino también porque guardaba un recuerdo especial: en su vestíbulo expuso su primera muestra. Este edifico estaba prácticamente destruido por los bombardeos de la Guerra Civil. Entonces, Dalí eligió reconstruir este teatro como su museo.