Puente Colgante de Vizcaya

Turismo industrial, una visita diferente a España

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El turismo industrial ofrece un modo distinto de acercarse a la historia y al patrimonio. Permite visitar antiguas fábricas, minas, molinos y otras instalaciones que han cesado su actividad original y que han sido puestas en valor turístico y cultural. Asimismo las visitas a empresas en activo (industria viva) posibilitan conocer la realidad del territorio y su motor económico; comprender su desarrollo urbanístico e interpretar el paisaje. En definitiva, saber de qué han vivido y viven los habitantes del destino visitado.

Las múltiples propuestas del turismo industrial reflejan la diversidad de España. Así, en Galicia, podemos conocer a fondo su relación con el mar y sus industria naviera, pesquera y conservera; en Asturias, podemos visitar sus minas; en Cantabria, veremos cómo sus espléndidos paisajes se combinan con su actividad productiva; en el País Vasco y Cataluña, destaca el rastro de la revolución industrial; en Castilla – La Mancha y Castilla y León, encontraremos la lógica entre sus vastos campos de cereales y su industria harinera con infraestructuras históricas como el Canal de Castilla; en Aragón, las infraestructuras demuestran su vinculación con el agua; en Andalucía, sobresale la importancia del aceite y la industria agroalimentaria y, en Madrid, las expresiones industriales propias de una capital.

Incluso la UNESCO ha declarado Patrimonio Mundial algunos referentes del turismo industrial en España. Son los casos del Puente Colgante de Vizcaya (primero en su modalidad de barqueta-transbordador), las Minas de Almadén (que proporcionaron el mercurio para la obtención de la plata de las colonias americanas) o Las Médulas, de donde los romanos ya extraían oro. Además hay otros muchos elementos patrimoniales declarados Bien de Interés Cultural (BIC). También se puede descubrir un inmenso patrimonio de obras públicas como carreteras, puentes, grandes presas y canales o pequeños regadíos históricos.

Parque Minero Almadén

Otra opción interesante es visitar las fábricas de las que salen los objetos que nos acompañan en nuestra vida cotidiana o los talleres de pequeños artesanos o productores que mantienen la tradición de un oficio o de un producto singular que no podemos encontrar en otro lugar del mundo que no sea en ése rincón de España. El turismo industrial puede ser atractivo para cualquier público, aunque está especialmente indicado para el público familiar y los viajes de estudios y profesionales. Por tanto, el turismo industrial es el turismo para los curiosos, para los interesados en la historia y en la gente. Es un turismo para descubrir a fondo un territorio y su sociedad.

Fábrica de cristales, Segovia
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