Siglos de historia
Hace siglos la trashumancia movía cada año en España millones de cabezas de ganado. Hoy pocos pastores trashuman. Sin embargo, los últimos trashumantes se resisten a que esta tradición ancestral se pierda. En épocas prerromanas, las diferencias climáticas de la Península Ibérica motivaban esta ‘migración controlada’. Los grandes rebaños de ovejas, cabras y vacas pasaban la parte más cálida del año en montañas de pastos frescos, y las estaciones más frías en lejanos valles cálidos. El trashumante guiaba al ganado en un viaje a pie que podía durar semanas y que meses después se repetía en sentido opuesto. Con el tiempo empezaron a usar caminos protegidos para este fin: las denominadas vías pecuarias. Dichas vías suman en España 125.000 kilómetros y más de 400.000 hectáreas, cerca del 1% del territorio nacional. Las más grandes y conocidas son las llamadas “cañadas reales”.