Las tamborradas de San Sebastián nacieron cuando en 1881 el Ayuntamiento regaló a las sociedades gastronómicas los tambores y los trajes pertenecientes a las tropas napoleónicas con el objeto de desfilar todos juntos. El origen de la tamborrada de Calanda, en Teruel, se le atribuye a un fraile del 1627 que comenzó a invitar a la gente a tocar “cacharros” en las procesiones. En Hellín, Albacete, las tamborradas comenzaron en el siglo XVIII cuando la Procesión de los Azotes, un desfile que se realizaba como penitencia, era encabezada por músicos y tambores. Estos son algunos de los ejemplos de ciudades en los que la historia y la tradición de las tamborradas han logrado llegar hasta nuestros días.
