¿Y qué son los vinos espumosos? Son vinos que guardan en su interior gas disuelto. Este gas es el resultado de una segunda fermentación en botella (el dióxido de carbono que se genera no puede salir y acaba por disolverse). Es decir, es un vino que se produce a partir de otro vino base, el cual ya ha pasado por una primera fermentación en depósitos de acero inoxidable. Después, se le añaden levaduras y azúcares y estará listo para una segunda fermentación. La doble fermentación es una etapa típica de los vinos producidos mediante el método conocido como Méthode Champenoise, propio también del champagne francés y del spumante italiano. En España, este procedimiento se llama Método Tradicional, y a los vinos espumosos producidos en el país a través de este método se les designa como “cavas” (amparados bajo Denominación de Origen Protegida). Podríamos decir que los tres vinos espumosos mencionados se elaboran de forma muy parecida, pero las uvas que componen a cada uno suelen ser distintas.
El cava es un vino espumoso de calidad que se caracteriza por sus burbujas y un brillante color dorado. Su nombre procede de las antiguas bodegas subterráneas en las que se almacenaba el vino, a las que también se les llamaba “cavas”.
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Los cavas se clasifican en función de la cantidad de gramos de azúcar que tienen por litro (puedes encontrar una variedad de cavas que empieza desde los tres gramos del llamado Brut Nature, hasta los 50 gramos que puede alcanzar el cava Semi Seco), y según el tiempo de crianza dentro de su botella. El cava se deja reposar un mínimo de nueve meses, ya que cuanto más tiempo de crianza pase, este será más rico en matices, aromas y sabores. Se pueden distinguir tres categorías de cavas dependiendo del tiempo que fermenten en la botella. Aquellos que descansan un menor tiempo son más ligeros y afrutados, mientras que los de mayor crianza son más complejos y aromáticos (ya que han tenido más tiempo para absorber las propiedades de sus uvas). En definitiva, la clasificación quedaría de esta forma: Cava de Guarda (entre 9 y 17 meses), Cava Reserva (entre 18 y 30 meses), Cava de Gran Reserva (más de 30 meses) y Cava de Paraje Calificado (más de 36 meses).
El cava se elabora en distintas provincias de España: Tarragona, Girona, Lleida, Zaragoza, Badajoz, Navarra, Valencia, La Rioja y Álava, entre otras. Pero, prácticamente toda la producción española de este vino espumoso se concentra en Cataluña, sobre todo, en la localidad de Sant Sadurní de Noia de la comarca barcelonesa del Penedès. Esta zona fue una de las pioneras y sus vinos espumosos son de la mayor calidad que puedas encontrar en el país. En España se elabora tal cantidad de cava que el país consigue posicionarse como el segundo productor mundial de vino espumoso (sólo es superado por Francia con su famoso champagne). Hay una serie de consejos que podrían serte útiles a la hora de tomar tu cava. Por ejemplo, el cava debe servirse frío. Para ello, puedes meter la botella en un cubo de agua y hielo, pero nunca la guardes en el refrigerador ni le introduzcas hielo. Otro dato interesante es que el cava combina muy bien con casi todo tipo de alimentos, incluso el cava Brut puede usarse como ingrediente de cocina. O, por ejemplo, el cava Semi Seco es ideal para tomar junto a un postre.
En resumen, el cava es un vino espumoso muy tradicional de Cataluña. Un vino ligero y refrescante, servido en copas transparentes que dejan ver el dorado chisporroteo de sus burbujas, indispensables en las mesas de toda gran celebración.