Museo Thyssen. Hacer una visita a esta pinacoteca que recorre la historia de la pintura europea es muy recomendable. Y si vas en verano, todavía mejor, porque en julio y agosto en el ático encontrarás abierto el Mirador del Thyssen, con increíbles vistas a los Jeróminos y un restaurante que ofrece una cocina mediterránea de lujo. Otro espacio diferente y apetecible es el de Las Terrazas, un beach club urbano. Museo Reina Sofía. Tras la impresión que causa haber visto en persona el Guernica de Picasso, merece la pena parar a charlar sobre el momento vivido. El museo ofrece dos propuestas gastronómicas. Por un lado, el restaurante Arzábal. Por otro, la Cafetería Restaurante NuBel, que ofrece sesiones musicales con frecuencia.
Arte culinario
Pasar un buen día cultural en Madrid es fácil. Tiene alguno de los mejores museos del mundo, varios concentrados en el conocido como Paseo del Arte: poco más de un kilómetro en el que se pueden encontrar el Museo del Prado, el Thyssen o el Reina Sofía. Además, en la capital no paran de surgir nuevos centros culturales. La buena noticia es que tras una mañana o una tarde “artísticas” deleitando la vista y el conocimiento, en muchos museos también es posible deleitar al estómago gracias a que sus restaurantes y terrazas donde pasar un rato agradable y completar la experiencia de visitar un museo. Acompáñanos a alimentar cuerpo y espíritu.
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CaixaForum. Las exposiciones temporales siempre son interesantes en este espacio que surgió tras rehabilitar una central eléctrica y que llama la atención por su enorme jardín vertical. Para hacer un break entre visita y visita, puedes ir al Restaurante Vilaplana de su última planta, que en ocasiones ofrece menús temáticos asociados a exposiciones. Suena bien eso de comer un menú Pisarro o un Corbusier. Para algo más ligero, en la cafetería puedes tener un momento “afternoon tea” con selección de tés, degustación de cookies… Museo del Traje. Nos alejamos un poco del centro hacia la zona de Ciudad Universitaria para visitar un lugar que interesará sobre todo a los amantes de la moda, ya que recorre la historia del traje en España desde el siglo XVIII. Su Café de Oriente, de platos de cocina de autor, está rodeado de jardines y tranquilidad, que siempre viene bien para disfrutar de la comida.
Casa encendida. Es uno de los espacios culturales más innovadores de la capital donde no es raro, además de poder ir a una exposición, asistir a una performance, un concierto… Cuando llega el verano, abre su terraza de la azotea, un buen lugar para tomar algo tranquilamente y poder disfrutar de música o una sesión de cine al aire libre. Matadero. Es impresionante comprobar cómo las instalaciones de un antiguo matadero se han transformado en uno de los centros culturales más vivos de Madrid con un teatro, una casa del lector, una sala de cine, un mercado de diseño… Si se quiere pasar allí un día completo, hay tres espacios para tomar algo: el bar del Café Teatro, la Cantina de la Cineteca (con una comida casera y ecológica y un patio encantador) y una terraza-bar al aire libre que abre cada verano y donde suele haber música, instalaciones artísticas, foodtrucks…
Círculo de Bellas Artes. Además de las exposiciones temporales que organizan, hay un espacio imprescindible: la Azotea del Círculo, una de las terrazas más famosas de Madrid por sus privilegiadas vistas. Puedes subir a tomar un cóctel, a cenar… aunque el momento estrella es sin duda el atardecer. Museo del Romanticismo. Acabamos proponiéndote una visita con mucho encanto: un palacete que recrea cómo era la vida cotidiana de la burguesía durante el periodo histórico del Romanticismo. Tras la visita, espera un rincón lleno de paz, el Café del Jardín. Un lugar para charlar, relajarse y degustar por ejemplo una rica tarta casera.