Museo Thyssen. Hacer una visita a esta pinacoteca que recorre la historia de la pintura europea es muy recomendable. Y si vas en verano, todavía mejor, porque en julio y agosto en el ático encontrarás abierto el Mirador del Thyssen, con increíbles vistas a los Jeróminos y un restaurante que ofrece una cocina mediterránea de lujo. Otro espacio diferente y apetecible es el de Las Terrazas, un beach club urbano. Museo Reina Sofía. Tras la impresión que causa haber visto en persona el Guernica de Picasso, merece la pena parar a charlar sobre el momento vivido. El museo ofrece dos propuestas gastronómicas. Por un lado, el restaurante Arzábal. Por otro, la Cafetería Restaurante NuBel, que ofrece sesiones musicales con frecuencia.
