Olot, modernidad y naturaleza Olot es la capital de La Garrotxa y está rodeada por cuatro volcanes: el Montsacopa, el Montolivet (visitables ambos), la Garrinada y el Bisaroques. En este lugar lleno de contrastes lo natural convive con lo artístico. De las afueras de la ciudad, con los Humedales de la Moixina, al centro de ella, con varios edificios contemporáneos diseñados por los locales Estudio RCR, premio Pritzker de Arquitectura en 2017. Un plan de viaje que no puede estar completo sin hacer una parada gastronómica. Aquí descubrirás la “cocina volcánica” y los productos que esta peculiar tierra ofrece. Alubia, maíz, caza o trufa están presentes en sus menús, pero no te marches sin probar platos como las patatas de Olot o visitar el restaurante Les Cols, con dos estrellas Michelin.
Cuarenta conos volcánicos y más de 20 coladas de lava nos dan la bienvenida a La Garrotxa, en el norte de Girona. Este paisaje, el mejor ejemplo de vulcanismo en la Península, te espera a sólo dos horas de coche desde Barcelona. Además, los amantes de la naturaleza vivirán una experiencia inolvidable entre los bosques y los volcanes que dan sentido a esta comarca.
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Actividades al aire libre y ambiente medieval Además de Olot, numerosos pueblos te esperan en La Garrotxa. Construcciones como el Puente Viejo románico de Besalú o la Vila Vella de Santa Pau son paradas obligadas del recorrido. Aunque no sólo sus edificios aguardan aquí. Otras opciones para descubrir Santa Pau incluyen deportes de aventura, y rutas por la montaña, que pueden ser a pie, en 4x4 o incluso a caballo. Para terminar la jornada, no renuncies a un plato de fesols, una popular judía autóctona, que cuenta con una feria propia durante el mes de enero.