Primero de todo, no te agobies. Madrid es muy grande, pero hay algunos rincones imprescindibles que en tu primera visita podrás tachar de la lista. Antes de empezar a recorrer, ¿por qué no desayunar unos churros con chocolate? Algunos de los museos más conocidos del país están en llamado “triángulo del arte”: el Museo Nacional del Prado, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o “El Reina”, como lo llaman los madrileños. Luego, puedes darte un paseo por el parque de El Retiro o el Real Jardín Botánico. Esta zona está declarada Patrimonio Mundial por la Unesco bajo el título “Paisaje de la Luz”. A la hora del aperitivo, puedes ir a alguna taberna por la zona de Lavapiés o Chamberí, como la calle Ponzano. Y luego saborear un rico bocadillo de calamares.
