Primero de todo, no te agobies. Madrid es muy grande, pero hay algunos rincones imprescindibles que en tu primera visita podrás tachar de la lista. Antes de empezar a recorrer, ¿por qué no desayunar unos churros con chocolate? Algunos de los museos más conocidos del país están en llamado “triángulo del arte”: el Museo Nacional del Prado, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o “El Reina”, como lo llaman los madrileños. Luego, puedes darte un paseo por el parque de El Retiro o el Real Jardín Botánico. Esta zona está declarada Patrimonio Mundial por la Unesco bajo el título “Paisaje de la Luz”. A la hora del aperitivo, puedes ir a alguna taberna por la zona de Lavapiés o Chamberí, como la calle Ponzano. Y luego saborear un rico bocadillo de calamares.
Un paseo por el parque de El Retiro, un aperitivo por La Latina o ir a un museo. Aunque tengas solo 48 horas para visitar Madrid, puedes ver lo esencial y vivir increíbles experiencias. Coge boli y libreta y empieza a pensar en tu pequeño viaje a la capital de España.
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Por la tarde siempre puedes callejear y ver el barrio de los Austrias, pasear por la plaza Mayor, la Puerta del Sol, donde te toparás con el Oso y el Madroño, símbolo de Madrid, la plaza de Cibeles o la catedral de la Almudena. Al atardecer, tómate un cóctel con vistas a la ciudad en lo alto de la terraza del Círculo de Bellas Artes. Más tarde, puedes ir de tapas y cañas por el barrio de las Letras, en el centro. Estos son algunos de los lugares más conocidos y que te darán algunas pistas de cómo es la ciudad. Madrid es el city break perfecto para cualquier época del año, ¿a qué esperas para viajar?