Para llegar deberás ir directamente al municipio de Manacor, cerca de Porto Cristo, uno de los pueblos pesqueros más bonitos de la zona oriental de Mallorca, en el archipiélago de las Islas Baleares. Las cuevas del Drach son cuatro bellezas naturales llamadas cueva Negra, cueva Blanca, cueva de Luis Salvador y cueva de Los Franceses. Todas ellas están conectadas entre sí y forman uno de los grandes patrimonios de la zona.
¿Sabías que las cuevas del Drach esconden un gran lago en su interior? Conocido como lago Martel, las cuevas te sorprenderán con un lago de más de 115 metros de longitud. No es de extrañar que sus aguas subterráneas sean consideradas unas de las más grandes del mundo.
Fue en 1896, cuando el espeleólogo francés E. A. Martel entró en las profundidades de la cueva, observó cómo la lluvia iba formando lentamente sus cavidades, se filtraba a través de las paredes y creaba, de esta forma, pequeñas salas llenas de preciosas estalactitas y estalagmitas. En cuanto llegues y entres en los baños Diana, notarás cómo un ambiente cálido y agradable te rodea. No debes preocuparte por el abrigo, la temperatura media ronda los 18 °C durante todo el año. Simplemente piensa en relajarte y disfrutar. La visita dura aproximadamente una hora y el recorrido te deleitará con un concierto de música clásica en directo. Durante diez minutos, un cuarteto de chelos, clave y dos violines tocarán una dulce melodía para ti. Ya en 1935 se realizaba este espectáculo.
Poco a poco, irás descubriendo cómo las cuevas están perfectamente conservadas e iluminadas gracias al ingeniero catalán Carles Buïgas, conocido como “el mago de la luz”. Sus luces y sombras dan a las cuevas un aura increíble y bonita, ideal para inmortalizar el momento con un relajante paseo en barca. Entre el suave mecer de la embarcación irás descubriendo las profundidades de la cueva y del agua. Un agua un poco salada, que sube o baja dependiendo del viento y la luna. Además, según el color que tenga podrás adivinar la profundidad. Si el color es verde, el fondo será aproximadamente de unos tres metros; si es azul, de unos ocho metros; y si es blanco, de tan solo uno. Y no te preocupes, durante todo el trayecto podrás hacer fotografías y filmar todo lo que veas.
El tique de la entrada marcará la hora de tu visita y el tiempo que tienes para contemplar las vistas. Podrás reservar tu ruta por internet o en la misma instalación, tú decides cuál es tu mejor opción. Las plazas están limitadas en cada recorrido y solo pueden acceder aquellos que tienen entrada. Aprovecha que estás allí para visitar también el centro histórico de Manacor y la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores. Refrescarte en cala Morlanda y sus aguas turquesas. Tumbarte en la fina arena blanca de la cala Mendia. Y explorar la vía verde entre Manacor y Artà, un precioso tramo de aproximadamente 29 kilómetros para conocer mejor la riqueza de fauna y flora del lugar.